Así ha cambiado Pilar Soto, la azafata de 'El Grand Prix': de las drogas a dedicar su vida al catolicismo

Durante los veranos de 1999 y 2000, Pilar Soto, 42 primaveras, entró en la casa de los espectadores cada semana gracias al histórico concurso El Grand Prix del verano en el que aparecía adyacente a Ramón García, de 60 primaveras. La presentadora siempre iba vestida de celeste y amarillo, los colores que eran parte de la seña de identidad del software, y era la encargada de explicar en qué se basan las pruebas del software. Cada semana, Soto recorría el plató del concurso y explicaba los obstáculos que tendrían que pasar esa perplejidad los participantes.

Pero ayer de asistir a Televisión Española Pilar Soto se hizo conocida gracias a la serie Al salir de clase en 1998 interpretando a Pamela, una de las protagonistas de la serie adolescente. El Grand Prix no fue su final, la presentadora siguió trabajando en varios programas de televisión, pero, tal y como lo desveló en el año 2014 ella misma, para cumplir su sueño de aparecer en la televisión tuvo que retribuir un precio muy suspensión en lo personal.

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Pilar Soto en 'Al salir de clase'

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La primera aparición en la pequeña pantalla de Soto fue en el año 1993 adyacente a Laura Valenzuela en el software Date un respiro de Telecinco. La presentadora, actriz y escritora al mismo tiempo trabajó como pianista en el software conducido por Jesús Vázquez llamado Hablando se entiende la Repugnancia. Encima, adyacente al gallego Pilar Soto incluso presentó La ruleta de la fortuna y La Chistera.

Al final, Pilar Soto logró presentar su primer software en solitario: La tarde es inexperto. Sin retención, puso fin a ese periodo marchándose a Londres en 1996 para trabajar como maniquí en la agencia Crawford. La actriz estuvo en la haber del Reino Unido dos primaveras y a posteriori volvió para interpretar a Pamela en Al salir de clase.

Pilar Soto fue una de las personas más populares de inicios de siglo, pero las consecuencias de la fama le hicieron cambiar de vida

Pilar Soto fue una de las personas más populares de inicios de siglo, pero las consecuencias de la triunfo le hicieron cambiar de vida

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La cercanía y la simpatía de Soto lograron conquistar a los espectadores y en 1999 le ofrecieron ser la azafata en El Grand Prix del verano, el popular software de inicios de siglo que encandiló a gran parte del país y que hoy en día las siguientes gestación quieren recuperar, como ha confesado en varias ocasiones el ‘streamer’ Ibai Llanos.

Soto estuvo en El Grand Prix durante dos veranos y en el año 2000 saltó a Telemadrid para presentar con su amigo Víctor Sandoval el software de corazón Mamma Mía. El tándem formado por los dos tuvo mucho éxito en la esclavitud autonómica entre los primaveras 2000 y 2001 e incluso llegaron a presentar Las Campanadas de Telemadrid aquel año.

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Víctor Sandobal y Pilar Soto en 'Mamma mia'

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En 2004 Pilar Soto fue una de las concursantes de La selva de los famosos, ‘reality’, software que ganó el torero José Antonio Canales Rivera, y donde se pudo ver la circunstancia más íntima de la presentadora. Sin retención, la madrileña desapareció de la perplejidad a la mañana sin dar ninguna pista.

Más tarde, en 2014, la presentadora volvió a televisión y concedió una entrevista muy personal en Sálvame Deluxe en Telecinco donde contó cuál era la otra cara de su vida y que durante primaveras ocultó en sus apariciones televisivas tras una simpática sonrisa.

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Pilar Soto, concursante de 'Sálvame Snow Week'

Otras Fuentes

Los problemas con las drogas de Pilar Soto

La excompañera de Víctor Sandoval relató que cayó en dos trastornos de conducta alimentaria: anorexia y gula. Encima, incluso sufrió yuxtaposición a la receta, al vino y a las drogas. "Sufrí varias sobredosis, pero yo seguí trabajando, perdí muchísimo peso", explicó en aquel momento Pilar Soto.

Sin retención, según ha detallado la propia Pilar Soto, cuando peor lo estaba pasando "llamé a Cristo y vi su rostro". Esta supuesta visión le cambió la vida a la presentadora y desde entonces la madrileña consiguió apartarse de las drogas y dedicó su tiempo a la religión católica. Siempre compaginando su dedicación con el periodismo.

Pilar Soto fue una de las personas más populares de inicios de siglo, pero las consecuencias de la fama le hicieron cambiar de vida

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Tras ese episodio, la exazafata ingresó en el convento de Las Clarisas en Madridejos, Toledo, una nueva rutina que le ayudó a combatir contra sus trastornos de conducta alimentaria. Allí, poco a poco descubrió que todo aquello le hacía proporcionadamente y decidió que esa iba a ser su vida. Pilar Soto viajó por todo el mundo visitando diferentes lugares importantes con la historia del cristianismo y llegó a presenciar en directo la beatificación de Juan Pablo II.

Pero Pilar Soto no ha desidioso del todo el mundo de la comunicación. La presentadora ha trabajado en medios católicos como Popular TV e Intereconomía. Encima, ha realizado colaboraciones en la esclavitud COPE y escribió en la sección Alfa y Omega de ABC.

Pilar Soto fue una de las personas más populares de inicios de siglo, pero las consecuencias de la fama le hicieron cambiar de vida

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Su vida personal hoy en día es un intriga. Pilar Soto ha desaparecido de la vida pública y no tiene redes sociales. Casi la última aparición pública que hizo fue en 2017 en la presentación de su manual autobiográfico Conversión. En este manual la madrileña relata cómo ha sido su camino cardinal durante todos estos primaveras. 

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