Dakota Johnson: "Hay un cambio en la industria en cuanto a inclusión y diversidad"

Si el 2015 fue un año secreto en su carrera como actriz, porque ese fue el año en que Cincuenta sombras de Conjunto le convirtió en una gran suerte, el 2022 marca el inicio de una nueva etapa para Dakota Johnson, porque es cuando comienza su trayectoria como exitosa productora. Como si siguiera uno a uno los pasos de CODA, su primer filme con su compañía TeaTime Pictures, Bailando por la vida asimismo fue aceptado en el Festival de Sundance de donde se marchó con el prestigioso Premio de la Audiencia. Allí fue adquirido por Apple, que pagó una suma considerable por los derechos mundiales de exhibición. 

Y aunque a primera olfato su viejo atractivo esté en su presencia en el equipo como la superiora divorciada de una adolescente autista (la debutante Vanessa Burghardt), es su relación con el personaje que encarna el casi desconocido Cooper Raiff lo que hace que este filme sea tan peculiar. 

Tras cobrar el Gran Premio del Miembros en el festival SXSW en Austin, Texas, con su primera película Freshman Year (Shithouse), en la que fue director, argumentista y protagonista, el mozo que entonces tenía 23 abriles se convirtió en uno de los talentos más buscados de Hollywood, pero fue Dakota quien le contrató. Y mientras prórroga para enterarse si Bailando... tendrá la misma suerte en la por ahora lejana carrera por los premios, sondeo abrir el segundo filme de su compañía, Am I Ok?, en el que tiene el papel principal y que asimismo pasó por el Festival de Sundance.

¿Qué fue lo que le llevó a querer participar en la película no solo como actriz sino asimismo como productora?

Comencé con mi compañía productora hace poco más de dos abriles, y ésta fue una de las primeras películas que desarrollamos desde el inicio. No fue que me enviaron el guion y entonces decidí sumarme al plan. Lo desarrollamos juntos, y mi compañía hizo la película.

¿Pero por qué este plan?

Estoy pasando por un momento muy peculiar en mi carrera porque puedo trabajar con Ro, mi socia en la producción y desarrollar proyectos soñados. Hoy tengo la capacidad de contactar a directores y guionistas con los que quiero trabajar. Cuando vi la primera película de Cooper, Freshman Year (Shithouse), quise conocerle. Cuando me encontré con él, disfruté de su mente y me gustó la forma en la que hablaba de esta historia, me intrigó lo que se proponía hacer, me gustaba la idea de contender para que se concretara y me di cuenta que era poco de lo que quería participar. He hecho muchas películas en las que a los productores no les importa mínimo, no protegen el trabajo de los que participan y lo único que les interesa es cobrar cuartos o acertarle a lo que quieren las masas. No protegen a los directores ni a los artistas, que era precisamente lo que yo quería hacer. Con Bailando por la vida sentí que tenía la oportunidad perfecta para poner en destreza ese objetivo. Fue muy diferente de los proyectos en los que sólo participo como actriz. En esos casos solamente me involucro cuando el guion es consumado y la masa que lo está haciendo es de primer nivel.

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Bailando por la vida

REDACCIÓN / Terceros

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Cooper?

Maravillosa. Me encanta trabajar con nuevos realizadores y aprecio verdaderamente la autenticidad y la frescura de su punto de olfato. Disfruto de ayudar a artistas prometedores y él ciertamente lo es.

Ha dicho en otra entrevista que esta película te tocó el alma. ¿Por qué?

Creo que porque se siente my auténtica. Queríamos que esta película fuera muy específica y tratamos de proteger esa autenticidad durante todo el rodaje. No nos interesaba crear personajes que fueran inalcanzables. Esa es la razón por la que estoy tan entusiasmada con este filme.

¿Habló con madres de adolescentes autistas para prepararse para su papel?

No, no lo hice. Siempre he observado a las madres y cuando estábamos desarrollando el guion sentí que tenía una gran oportunidad para soñar cómo sería ser esta mujer. Me interesó imaginarle como una superiora maravillosa que tiene una gran relación con su hija, pero a la vez quería que se viera cuál es la ingenuidad de esa situación, las cosas con las que tiene que contender, y como sus dificultades le traen dolor y oscuridad. Cuando conocí a Vanessa, se generó con ella una relación orgánica que fuimos construyendo y que creo que llevamos a la pantalla.

¿Qué fue lo que más le impactó de ella?

Lo que más me gusta de Vanessa es que no hay superficialidad, ella quiere tener conversaciones profundas y musitar para matar el tiempo o para representar es poco que no le interesa. Igualmente me gusta su forma de pensar, y valoro su punto de olfato. Cuando estábamos en el set disfrutaba de musitar con ella y nos hemos mantenido en contacto desde que terminó el rodaje. Quería que ella participara del proceso de filmación y que estuviera con nosotros todo el tiempo, que se sintiera parte, porque adicionalmente es una persona maravillosa.

En la película uno se pregunta qué es lo que piensa su personaje cuando no le vemos en pantalla...

Es cierto, y evidentemente ella se la pasa pensando entre campo y campo. Domino tiene siempre una voz en su habitante que le dice que ella podría ser mejor, que podría hacer las cosas de otra forma y todo eso le lleva a pensamientos autodestructivos. Cuando se encuentra con Andrew, el personaje de Cooper, que le ve de una forma diferente a como siempre le han trillado los hombres, la relación que establece con él es verdaderamente excitante para ella. Pero la ingenuidad es que lo que pasa entre ellos no es actual, no es tangible. En su habitante ella está luchando todo el tiempo entre la posibilidad de arruinar su vida o en cambio tratar de confrontar su vida, intentar ser la mejor superiora posible y la mejor pareja, poco que le resulta particularmente duro. En ella, fuera de cámara, siempre hay una lucha interna, una verdadera supresión, entre la oscuridad y la luz.

Dakota Johnson junto a su abuela, Tippi Hedren, y su madre, Melanie Griffith

Dakota Johnson unido a su abuela, Tippi Hedren, y su superiora, Melanie Griffith

© Colina Rentmeester, Vanity Fair

¿Siente que hay un cambio en las películas con el tema de la riqueza? Y en ese sentido, ¿le parece que estamos pasando por un buen momento en el cine en genérico?

Yo creo que siempre se han hecho películas brillantes. Todo pasa por quien tiene la oportunidad de mirarlas, cuánta masa las puede ver y dónde se exhiben. Hay muchísimas películas de las que nunca había oreja musitar que cuando las descubro me doy cuenta que son maravillosas y que se han estrenado en los últimos 10 abriles. Hay una buena dosis de suerte en esto. Si tienes suerte tu película es seleccionada para participar en Sundance o la adquieren para pasarla en Netflix, o en el caso nuestro, por la donosura de Altísimo, Apple te importación tu película y te da la oportunidad de poder musitar sobre ella. Obviamente las grandes superproducciones son las que todo el mundo conoce, y suelen ser historias que han sido creadas porque ya han funcionado antiguamente o porque las propone un operación. En cuanto a inclusión y riqueza es cierto que hay un cambio en la industria, pero insisto, creo que siempre se han hecho grandes películas, lo que está cambiando es la forma de verlas.

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