Cine, paisajes de postal, cocina, deporte y mucha aventura convierten Gipuzkoa en uno de los más deseados destinos turísticos. Un ocupación donde las posibilidades para disfrutar en comunidad son tan variadas que logran satisfacer todas las expectativas. La aventura comienza en las cielo del singular parque de atracciones Monte Igueldo, al que se puede montar con un funicular de madera. Sus atracciones, como el Río Misterioso o la Montaña Suiza –cuyo tren de madera circula por el mismo borde del cuesta– cautivan a sus visitantes ofreciendo adicionalmente unas espectaculares vistas de San Sebastián. Igual de majestuoso que los paisajes que se pueden observar si se turista el Geoparke y se recorre la ruta por el Flysh. Son 13 kilómetros de ribereño que permiten descubrir 60 millones de abriles de historia de la Tierra, la prueba de la catástrofe y acabamiento de los dinosaurios, o la fuerza de la desgaste del agua. Un paseo para sorprenderse con los acantilados, sus playas inaccesibles y localidades marineras como Zumaia, Deba o Mutrik.
Diversión en plena naturaleza
La diversión además está asegurada en el parque de aventuras Txindokiko Itzala (Larraitz), donde las familias disfrutan de tirolinas, juegos sobre los árboles, circuitos, ascenso y tiro con meta, entre otras actividades, en un entorno mágico que vigilante todos los aromas de la vida rural de la zona y la grandeza del Parque Natural de Aralar. La misma sintonía que se halla en el Parque Natural de Pagoeta (Aia), situado entre las localidades de Orio y Zarautz. Un entorno balsámico donde reina el silencio y donde se percibe la cercanía del mar entre hayas, fresnos, arces y robles. Y de la montaña a la playa para disfrutar del surf. El mar lleva a Gipuzkoa olas constantes de variados tamaños que hacen felices a surfistas de todos los niveles. Una experiencia básico que las escuelas de surf acercan a todas las personas. Otros prefieren descubrir la vida de los 'arrantzales' (pescadores) subiéndose a una antigua bonitera reconvertida en museo flotante, y lo más pequeños disfrutan con los secretos del mar visitando el Aquarium. Ver museos como el del chocolate, el del ferrocarril, el de títeres y marionetas, el de música o el dedicado a la interpretación del pinrel Idiazábal, uno de los sabores más auténticos de Gipuzkoa, son planes perfectos para redondear una marcha de aventuras, en la que, por supuesto, no faltará una ruta para gozar la conocida cocina particular.
Más información www.gipuzkoaturismoa.eus
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