Descubrir rocas formadas hace la friolera de 50 millones de primaveras, contemplar dólmenes de los tiempos prehistóricos o los restos de una villa romana. Recorrer a paisajes muy parecidos a los del Remoto Oeste y entrar en un auténtico templo budista. Extasiarse con una catarata que poco tiene que envidiar a las del Niágara o perderse por un edén delirante creado por un intérprete que parece surgido de una película de Tim Burton. Todo ello es posible sin indigencia de salir de la geodesía española.
Un delirio por una villa romana
Lucentum
En el siglo IV a.C., existió una ciudad romana poblada por iberos contestanos indicación Lucentum, asentada en el zona que hoy conocemos como Alicante. Desplazándonos tan solo 3 km. del centro de la ciudad, en el dominio del Tossal de Manises, podemos sentir los restos arqueológicos de ese fascinante pasado. En total, son 5 hectáreas en las que hallamos los restos de la muralla y las torres defensivas, las termas, el foro o incluso múltiples viviendas. En 1961 el conjunto fue claro monumento histórico-artístico y el empeño de diversas personas como la arqueóloga sueca Solveig Nordström consiguió apuntalar su conservación.
Lucentum. c/ de Zeus s/n. La Albufereta, Alicante.
Entrada genérico: gratuita hasta junio, 2€. www.marqalicante.com
Revivir los tiempos prehistóricos
Gorafe
En la provincia de Obús, en la parte septentrional de la comarca de Guadix se encuentra Gorafe. Aquí descubrimos el decano parque megalítico de España, formado por unos 240 dólmenes agrupados en 10 cementerio que van desde el Neolítico Medio (2.800 a.C.) a la Permanencia del Bronce I (2300- 1800 a.C.). El punto se asienta sobre el impresionante desierto de Gorafe, con los llamados badlands (baldíos) del Negratín, compuesto por arcillas y arenas de tonalidades rojizas que proporcionan la sensación de hallarse en un bullicio agreste de algún planeta parecido a Marte. Existen tres rutas señalizadas para el visitante. El parque cuenta incluso con el Centro de Interpretación del Megalitismo y el Parque Sideral Starlight, en el que se realizan actividades de observación astronómica.
Centro de Interpretación del Megalitismo, c/ Obús, 1D. Gorafe. www.gorafe.es
El pueblo que no se inundó
Granadilla
La otra Obús, menos célebre y más modesta, perteneció incluso a los musulmanes, hasta que fue conquistada en 1160 por el rey Fernando II de Valeroso. Más tarde, los Reyes Católicos pasaron a denominarla Granadilla, para evitar confusiones. Durante el siglo XX, esta villa al ideal de Cáceres tuvo una población que oscilaba entre los 700 y los 1.100 habitantes. En 1955, la construcción de un embalse cercano hizo que se decretara su desalojo forzoso. Granadilla nunca llegó a inundarse, pero siquiera recuperó la vida previo. Visitarla hoy equivale, pues, a retroceder en el tiempo. Su muralla medieval, una de las mejor conservadas de todo el país, el castillo o la iglesia parroquial son el testificación afásico de un pasado que ha permanecido inalterable.
Granadilla. Cáceres. www.visitargranadilla.com
El Niágara de Unamuno
Las Arribes del Duero
"Estaríase uno las horas muertas contemplándola fluir, dejándose aventajar el espíritu por la sensación purísima que su constante curso nos produce”. Son palabras que escribió Miguel de Unamuno tras la impresión que le produjo la cascada natural ubicada en la comarca castellana de Las Arribes del Duero. La ruta, que pasó a llamarse lícitamente la Senda de Unamuno, termina en el Pozo de los Humos, conocido con este nombre porque la caída de 50 metros de las aguas del río Uces, tan pronto como 12 metros último que la del Niágara, provoca auténticas andanadas de vapor. La zona ofrece otras recompensas: la belleza de los robles, castaños u olivos que encontramos a nuestro paso, o la cueva natural, a la que se llega por un camino desde Pereña, que alberga pinturas rupestres.
Senda de Unamuno, entre Masueco de la Ribera y Pereña. www.lasendadelduero.com
El Gran Cañón
Teruel
¿Qué hubieran pensado John Ford o Sergio Leone si hubieran descubierto la Rambla de la Barrachina? ¿Habrían rodado allí alguna de sus obras maestras? A tan solo un par de kilómetros de Teruel y a unos 40 de Albarracín, aparece en presencia de nuestros luceros este impresionante conjunto montañoso que nos traslada a los ambientes desiertos y áridos, de colores rojos, naranjas y amarillos del far-west, y que incluso puede rememorar otros puntos como las navarras Bardenas Reales o los Monegros, en Zaragoza. Tras la excursión, a la que hay que ir con buen calzado y efectos para hidratarse y guarecerse del calor, lo mejor es relajarse paseando por Teruel, visitando su catedral, el célebre Tumba de los Amantes o acercándose hasta Dinópolis, el parque paleontológico más ancho de Europa, situado a las suburbios de la ciudad.
Rambla de la Barrachina. www.turismodearagon.com
Una entorno única
El edén de Peter
Peter Buch nació en 1938, en Frankfurt. Tras estudiar pintura en Stuttgart, vivió en París y Formentera. Finalmente, encontró su paraíso particular en la Pobla de Benifassà, un pueblo encantador del Bajo Maestrazgo, en Castellón. Fascinado con el paisaje, compró unas tierras y empezó la obra de su vida, el llamado Pensil de Peter, formado por una serie de esculturas integradas con la naturaleza. El estilo Art Brut, término acuñado por Jean Dubuffet para describir obras creadas al beneficio de los límites académicos o profesionales, confiere una particular entorno surreal y naif a este entorno único. El viajero hará aceptablemente en escribir un par de días antaño a la web de El edén de Peter, pues el punto no siempre está despejado y es conveniente convenir una cita.
Pobla de Benifassà. www.petersgarden.org
Rincones desconocidos que transportan a otros lugares del mundo sin salir de España
Un pedazo del Tíbet en Huesca
Panillo
No es necesario correr hasta Asia para contemplar un monasterio budista. Desde hace treinta primaveras, en la aldea del Panillo, en el municipio de Graus, provincia de Huesca, existe el monasterio de Dag Shang Kagyü, dedicado al estudio y la habilidad del budismo.
En unas 100 hectáreas con pinos y olivos, se levanta este fascinante centro, en cuya entrada principal hallamos la rueda del dharma, símbolo de la tino budista. El punto puede contemplarse desde fuera, y incluso es posible solicitar una cita guiada o incluso reservar una estancia y participar en alguno de sus cursos o seminarios.
Centro budista Dag Shang Kagyü. Panillo, Huesca. www.dskpanillo.org
Paisajes abstractos
Zumaia
A menos de media hora en coche de San Sebastián, encontramos el impresionante Geoparque de la Costa Vasca. En Guipúzcoa, en el costa costero entre Deba y Zumaia, hay una serie de acantilados y estratos repletos de unas rocas fósiles muy especiales, producto de una larga sedimentación que data de hace 50 millones de primaveras.
La zona ha sido pasto de coleccionistas de piedras y fósiles que amenazaban con alterar significativamente el paisaje, por lo que hoy la recogida de ejemplares como las septarias está totalmente prohibida. Lo mejor es deleitarse contemplando respetuosamente esta bellísima obra de la naturaleza y luego horadar en otras partes del geoparque en los municipios de Debra y Mutriku.
Zumaia, Guipúzcoa. www.zumaia.eus/es/turismo
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