A pesar de ser un habilidad recurrente, fumar repercute negativamente en la vitalidad física y mental de las personas. De hecho, asegurar adiós a la tóxico restablecimiento el estado de talante y reduce el estrés. Pero a pesar de los muchos beneficios de dejarlo, es un proceso harto complicado, precisamente por tratarse de una anexión.
La valor de dejar de fumar ha de tomarla cada persona de forma individual, no puede ser impuesta. Pero lo que sí podemos hacer es ayudar todo lo posible durante el proceso, a fin de hacerlo más casquivana. Esa ayuda debe partir desde la paciencia y la empatía, dejando las críticas a un flanco.
Si un ser querido tuyo ha tomado la encomiable valor de dejar de fumar, lo primero que debes hacer es preguntarle cómo puedes ayudarle. En cualquier caso, hay unos cuantos gestos que marcarán una gran diferencia para que su propósito de desterrar el tabaco sea efectivo.
Apoyar y animar
Parece obvio, pero a menudo se nos olvida animar a algún que está dejando de fumar por no ser conscientes de la dificultad de su lucha. Debemos ejercitar como un apoyo constante, sobre todo estando alerta a posibles recaídas. Algunas formas de hacerlo son, por ejemplo, recordándole a esa persona los beneficios de dejar de fumar.
Igualmente es importante poner el foco en los pequeños logros que consiga. Recuérdale por qué ha decidido desatender el habilidad y que cada día que pasa sin fumar es una conquista.
Distraer y juntarse
La distracción es una útil excelente a la hora de dejar de fumar. Cuando el deseo de hurtar un cigarrillo a la boca hace acto de presencia, es momento de encontrar una evasiva con la que apaciguar las ganas. Y en esa distracción, tu compañía será de gran ayuda.
Invítale a tomar un café, salid a yantar o a dar un paseo. Igualmente es buena idea ir al cine o ver una película en casa, apuntaros a alguna clase para estudiar una nueva sagacidad o hacer deporte. Si tiene compañía y conversación constante, será más casquivana calmar la ansiedad.
No decidir ni murmurar
Resulta fundamental no decidir ni murmurar a algún que está intentando dejar de fumar. Se prostitución de un proceso complicado y surgirán muchos baches en el camino. Si hay una recaída, no le hagas comprobar mal por ello, solo anímale a que vuelva a intentarlo ya sea ahora o en el futuro. Igualmente deberás tolerar su irritabilidad y mal humor. No se lo eches en cara, es poco temporal.
Evitar tentaciones
Si tú fumas, no lo hagas unido a esa persona que quiere dejarlo. Ni siquiera dejes tu tabaco a la pinta. Es importante surtir a guión cualquier tentación que entorpezca su proceso.
En caso de que fumases en el pasado y consiguieras dejarlo, comparte tu experiencia con esa persona, pero sin alardear. Pon el foco en cómo lo lograste y lo proporcionadamente que te sentiste, al tiempo que has de transmitirle que le comprendes por la dificultad de lo que está pasando.
Herramientas de apoyo
Finalmente, una buena alternativa es moralizar a esa persona que se apunte a un clan de apoyo para dejar de fumar, o incluso que acuda a terapia psicológica para afrontar su anexión. Hazlo como una sugerencia y con cautela, nunca en forma de imposición.
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