El árbitro que investiga el pelotazo de las mascarillas del Junta de Madrid quiere acechar si hubo un trato de honra a los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño para acoger tres contratos de material váter en plena pandemia, en marzo de 2020, por un valencia total de 15 millones de euros, de los cuales 6 acabaron en sus bolsillos.
En una resolución, a la que ha tenido acercamiento La Vanguardia, el magistrado Adolfo Carretero reconoce que encima de investigar la estafa, enlucido de capitales, falsedad documental e insolvencia punible, es necesario conocer si hubo un trato de honra a los comisionistas.
Ese trato de honra no caldo por parte del primo del corregidor de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y por eso rechaza citarle como investigado. Pero sí ve esencial que se le tome revelación como testificador porque puede aportar información sobre cómo se gestó el contacto entre Medina y la persona encargada de dar los contratos en plena pandemia, Elena Collado. “Debe mantenerse su condición de testificador hasta este momento procesal, siendo conveniente su declaración para conocer el modo en que los investigados contactaron con la persona encargada de la contratación en el Junta de Madrid, y si hubo algún trato de honra con los mismos oportuno a la intervención de Carlos Martínez-Almeida”, explica el árbitro en el utilitario.
No hubo presión a Collado
El titular del Curia de Instrucción número 47 de Madrid cree que con los datos que existen hasta hoy no se puede determinar que haya indicios de un delito de tráfico de influencias respecto del primo del corregidor. La razón es que el Tribunal Supremo acotó mucho este delito y para que se considere que un particular lo ha cometido exige que la representación de éste sea “determinante para influir en las decisiones o actuaciones de la autoridad o funcionario influidos por aquél”.
El árbitro advierte que este tipo delictivo, precisa una considerable presión en la autoridad o funcionario, más allá de la mera recomendación o sugerencia. Es opinar, se tiene que dar un “cierto ataque a la soltura del funcionario o autoridad”, que en este caso sería Collado.
De lo que se sabe hasta ahora es que lo que hizo el primo fue dar a Medina el contacto directo de Collado, poco que al árbitro le flama la atención porque no es precisamente el teléfono de la “ventanilla” del Junta, como espetó en un interrogatorio.
En la resolución ya apunta que fue Collado, “quien negoció y firmó en nombre de la Funeraria Municipal (y por consiguiente del Junta de Madrid), los mencionados contratos”. Adicionalmente, no consta que el primo presionase en modo alguno a la encargada de los contratos “ni que le obligase a ésta a chillar a Medina porque alegase su condición de primo del corregidor”.
Collado iba a resolver hoy como testificador pero a la luz de que varias acusaciones solicitaban su citación como investigada el magistrado suspendió la revelación hasta adoptar una valor al respecto.
La profesora de Medina asegura que éste no le dijo que iba a cobrar por las mascarillas
De hecho, este mismo lunes ha claro como testificador la profesora de universidad María Díaz de la Cebosa, persona que dio el contacto a Medina del primo del corregidor. Durante su revelación, explicó que mantenía una relación cordial con Medina, aunque no de amistad, como antiguo escolar.
Según su relato, el hijo del fallecido duque de Feria le llamó en marzo de 2020 para comentarle que tenía un tema de mercancías y que estaba buscando personas de la Comunidad de Madrid o del Junta.
Según la testificador, Medina no le dijo que se tratara de un negocio o que fuera a cobrar una comisión sino que era para ayudar a Madrid a tener material váter por la pandemia del coronavirus.
Entonces, ella se puso en contacto con Carlos Martínez-Almeida quién le dijo que hay un correo para este tipo de cuestiones pero en extensión de darle a ella el correo le señaló que le diese el teléfono de él a Luis Medina, según explicaron fuentes presentes en el interrogatorio.
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