Volver al pacto lingüístico

Ataque en la mesa de la conciencia contra la inacción de la política. Este podría ser un buen prontuario de la situación que vive el uso de las dos lenguas cooficiales en las aulas catalanas. Hay que remontarse a diciembre del 2020, cuando el Tribunal Superior de Imparcialidad de Catalunya (TSJC) fijó en una sentencia la famosa cuota del 25% del uso del castellano en los colegios catalanes. La Generalitat estaba obligada a acatar el dictamen y dejó sobrevenir el tiempo hasta agotar el plazo de ejecución de la sentencia, que acababa el pasado 25 de marzo. Aquel día se anunció un acuerdo histórico entre ERC, Junts, PSC y los comunes para impulsar un cambio en la ley de Política Gramática con el fin de cumplir con el mandato de la sentencia sin afectar al sistema de inmersión gramática. La valentía adoptada en el postrero minuto era una buena propuesta porque aseguraba que el catalán seguía siendo la dialecto vehicular, pero al mismo tiempo garantizaba el correcto dominio de las dos lenguas al finalizar los estudios de secundaria.

05.02.2014, Barcelona Bilingüisme a les escoles. Ensenyança a l educacio Primaria amb trilingüisme. Catala, castella, angles. Idiomes. lenguas, escuela, colegio, aprender idiomas, catalan, castellano, ingles, bilinguismo, trilinguismo, educacion, pizarra. foto: Jordi Play

Un colegial de primaria escribe en la pizarra los días de la semana en catalán, castellano e inglés, respectivamente.

Jordi Play

La alegría duró poco. Las presiones de los grupos más radicales en la defensa del catalán provocaron la rectificación de Junts, que se descolgó del acuerdo. Desde entonces, hasta en tres ocasiones, la Mesa del Parlament ha intentado resistir al pleno un acuerdo sobre el pacto lingüístico. PSC, ERC y los comunes registraron la propuesta por la vía de aprieto, pero Junts ha paralizado su tramitación.

En este compás de aplazamiento, la Generalitat contaba con el compromiso del Gobierno central de que la Derecho del Estado no pediría la ejecución de la sentencia. Lo que no habían previsto es que fueran los jueces del TSJC quienes se cansarían de esperar la presentación del consenso político y optarían por dictar un utilitario dando un plazo de 15 días a la Generalitat para que aplique el dictamen. La propuesta pactada por los cuatro partidos catalanes sigue paralizada en el Parlament y podría ser una salida, pero para ello se requiere el apoyo de Junts, que no ha tomado una valentía definitiva a la aplazamiento de como evolucione su período congresual. O vuelve al pacto lingüístico o las consecuencias serán peores. Aún están a tiempo.

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