J.D. Barker: "Confío tanto en mis personajes que dejo que sean ellos quienes me cuenten la historia"

Si poco caracteriza los libros de J.D. Barker es que la tensión siempre va a más conforme avanza la trama. “Me esfuerzo mucho porque así sea y he tirado a la basura capítulos enteros que, vistos en perspectiva, ralentizaban la historia”, reconoce el autor a La Vanguardia, durante una entrevista en un hotel de Barcelona. Una dinámica de la que no ha prescindido en su nuevo obra, El zaguero solaz (Destino), que llega ahora a las librerías.

El obra tiene a Jordan Briggs en su foco principal, una periodista radiofónica de éxito que se enfrenta a un dañino en directo. En una indicación, un espectador, Bernie, le propone formar parte de un solaz. Ella acepta pensando que esa improvisación puede durar a más audiencia. Y entonces llega la pregunta que todo lo cambia: “Cuando se negociación de transporte manifiesto aquí en Nueva York, ¿prefieres Uber o los taxis regulares?”. Jordan elige la segunda opción y siete taxis explotan en las inmediaciones. Y a partir de ese momento es inútil dejar de costado este thriller infernal.

J.D. BarkerEscritor

“Me encanta la idea de un estudio de radiodifusión porque está apartado del resto del mundo y me preguntaba qué pasaría si algún llamara y cometiera un homicidio mientras está en directo. ¿Cómo reaccionaría el periodista? ¿Llamaría a la Policía o seguiría con su software? Esa idea me daba vueltas en la vanguardia desde hace tiempo pero no la perseguí porque me faltaba poco. Entonces me dí cuenta de que sería mejor si la protagonista fuera una mujer que ha tenido muchas dificultades para subir hasta la cima. Nacía así Jordan Briggs”, confiesa el estadounidense.

La historia tiene un punto de cinematográfica. De hecho, el escritor reconoce que “siempre veo mis libros como películas. Traslado al papel lo que veo en mi vanguardia, básicamente. Es todo muy visual y quizás por eso a muchos directores les resulta obvio traspasarlos al audiovisual. Ya tengo siete películas y varias series hechas en saco a mis libros y creo que es en parte por eso. No es poco que piense a conciencia. Simplemente ocurre así”, admite.

El escritor J.D. Barker en su visita a Barcelona

El escritor J.D. Barker en su invitado a Barcelona

Llibert Teixidó

De tan cinematográfica, tiene hasta imaginados qué actores le darían vida. Y es que, explica, “a la hora de crear un personaje hago trampa ya que suelo pensar en un actor o actriz famosa y a partir de ahí lo construyo porque sé cómo es su aspecto, cómo acento, cómo se mueve y tengo una ligera idea de cómo es su personalidad. Jordan, por ejemplo, me recuerda a Jessica Chastain. Pero esto es solo un punto de partida. Luego el personaje cobra vida y se hace más efectivo a medida que se va desencadenando la historia”.

A la hora de trabajar, Barker tiene una metodología de lo más estricta. Me levanto sobre las siete de la mañana y ya me pongo a escribir. No me conecto a Internet hasta que escribo las palabras que me entorno al día. Hoy aquí en este hotel ya he escrito las 2.200 palabras mínimas que me tocan y son solo las 10 y media de la mañana. Cuando ya he terminado con mi propósito, entonces sí, contesto los correos y averiguo que ha sucedido en el mundo. Por norma universal, a las tres he terminado todo. Luego me voy a pasar y mientras hago eso pienso que voy a escribir al día sucesivo. El zaguero tramo de la tarde y de la oscuridad está dedicado en monopolio a mi hija y a mi esposa”.

J.D. BarkerEscritor

A su mujer precisamente la tiene en mente durante toda la entrevista. Y es que, asegura, “es algún esencial no solo en mi vida sino que, todavía, en mi trabajo […] Siempre es mi primera lectora. Lee el principio de cada capítulo y me dice si debo seguir o si lo tiramos a la papelera. Y si me dice que vale la pena, entonces me cierro en mi despacho y escribo el resto. Cuando termino se lo vuelvo a enseñar y me comenta qué le ha parecido admisiblemente y qué considera que es monótono. Creo que tiene mucho criterio. Y me dice todo lo que he hecho mal. Lo reescribo, y luego lo giro a mis seis lectores cebo, muy críticos, que me acaban de machacar.

Desde los inicios, asegura, su esposa le ayudó. “Fue ella la que me recomendó dedicarme profesionalmente […] Durante muchos abriles trabajé como enojado rebuscado. Ayudaba a otros a escribir su novelística. Me daban una novelística más o menos hecha pero que no acababa de funcionar. Yo le daba unos retoques y entonces ya comercializaban. Lo hice con seis libros y todos ellos acabaron en la serie de más leídos del New York Times. Y entonces mi mujer me dijo que por qué no me lanzaba y escribía por mi cuenta, y así empecé con mi primera novelística”.

J.D. BarkerEscritor

Lo cierto es que la letras es poco que siempre ha estado muy presente en su vida. “Crecí en una casa sin televisión, por lo que para no aburrirnos íbamos a la biblioteca constantemente. Eso hizo que empezara a escribir a una perduración muy temprana. Rememoración que a los cinco abriles ya preparaba mis pequeñas historias. Escribir es poco que siempre me ha relajado y aunque no me pagaran por ello lo seguiría haciendo”.

Una de las cosas que reconoce que más emocionantes le resultan de su trabajo es que “ni yo mismo sé que va a ocurrir. Yo creo el proscenio e intento desarrollar los personajes hasta que me los imagine como personas reales y entonces los meto en ese proscenio […] En este obra, por ejemplo, en el instante en el que Bernie lumbre a Jordan por primera vez yo no tenía ni idea de lo que iba a pasa. Confío plenamente en mis personajes y dejo que sean ellos quienes me cuenten la historia. Yo solo escribo lo que ellos me explican”.

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