Las autoridades de tráfico de Herat han dejado de suministrar permisos de conducir a las mujeres, siguiendo instrucciones del régimen talibán. Así lo recoge la agencia France Presse de boca de profesionales del sector de esta ciudad afgana cercana a Irán.
"Hemos recibido instrucciones verbales de no entregar más permisos, pero no de impedir que las mujeres que ya disponen de él puedan seguir al volante", ha aclarado Jan Agha Achakzai, director de Tráfico de Herat.
Aunque en el Afganistán rural es anormal ver a una mujer conduciendo, es relativamente global en las grandes ciudades, singularmente en Kabul y en Herat, considerada la ciudad más abierta del país, con escaso tradición talibán.
El director del sección provincial de Información niega que haya cualquier orden escrita al respecto. Sin incautación, la propietaria de una autoescuela de Herat, Adila Adil, confirma ocurrir recibido instrucciones "de no ofrecer clases para mujeres ni dar permisos".
Discriminación
La prohibición aún no es común y no afectaría a las mujeres ya al volante
Una conductora, Shaima Wafa, que se dirige a comprar regalos para el final del Ramadán, se sulfura en presencia de la nueva discriminación: "Debo tener derecho a tolerar a mis hijos o a mis padres al médico, si hace desidia, sin tener que esperar a que mi marido o mi hermano vuelvan del trabajo".
Otra conductora, Zainab Mohseni, de 26 abriles, asegura que se sacó el carnet hace poco precisamente para ingresar en seguridad y no tener que pender de ningún taxista.
Adil, de 29 abriles y que asimismo es profesora, opina que los talibanes no quieren que las oportunidades de que ha gozado parte de su vivientes -o las mujeres urbanas de los abriles setenta y ochenta- puedan ser disfrutadas por las nuevas hornadas de afganas.
Coexistentes perdida
Niñas y universitarias han vuelto a las aulas, pero no las adolescentes de 12 a 17 abriles
Prueba de ello es que las adolescentes de entre doce y diecisiete abriles siguen fuera de las aulas públicas en la viejo parte del país, con la excepción de algunas provincias. El tarea de Educación declaró el mes pasado que dispone de capacidad para escolarizarlas y que está a la paciencia de la autorización "de en lo alto".
En cualquier caso, los talibanes no pierden oportunidad de sacar a la luz la corrupción del inicial régimen. Si las cosas van despacio, sostienen, es entre otras cosas porque en provincias como Balj -uno de los feudos de la derrotada Alianza del Finalidad- "el 95% de los profesores en paga eran profesores aparecido, solo existían sobre el papel".
En Balj, donde el régimen talibán dice ahora estar impartiendo clases "a medio millón de niños y niñas", faltarían todavía "1.500 maestros". A lo que hay que añadir, no solo la penuria de libros de texto sino que algunas escuelas ni siquiera dispongan de edificio.
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