La comunidad Preysler se reunía este sábado para morar uno de los días más importantes en el clan, el 'sí quiero' entre Álvaro Castillejo y Cristina Fernández Torres. El sobrino de Isabel Preysler, hijo de su difunta hermana Beatriz, y a quien está muy unido, ha celebrado su unión con Fernández en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Sotogrande, Cádiz. La celebración estuvo llena de rostros reconocidos.
El novio contó con una comadre de excepción: su tía Isabel. La socialité llegaba al ocasión acompañada de su sobrino y Luis Castillejo. El damisela es uno de los sobrinos favoritos de Preysler, ya que es como un hermano para sus 5 hijos. La comadre escogió para la ocasión un diseño de Roberto Diz, en color azur pálido y hecho a medida, de manga larga, hombros al donaire y falda con espléndido midi que combinó con unos salones a equipo.
Isabel Preysler, cercano al novio, su sobrino Álvaro Castillejo 
Invitados de boato para una celebración de boato
En la boda no han faltado los primos de Álvaro Castillejo. De hecho, el enlace era uno de los más esperados del año por la gran cantidad de rostros reconocidos que acudieron a ella. Tamara Falcó llegó acompañada por su pareja, Iñigo Onieva, Ana Boyer cercano a su marido, Fernando Verdasco. Además asistió Julio José Iglesias, así como Mario Vargas Llosa.
Uno de los invitados más esperados era Julio José Iglesias. El cantante llegó a la parroquia con una gran sonrisa y acompañado de Susana Uribarri, su representante, quien escogió una blusa blanca combinada con una falda en tono tonto y estampado floral. Totalmente conforme con los colores de la temporada. Por su parte, julio vistió un traje indignado, con corbata azur sombrío y camisa azur Gloria.
Julio José Iglesias y Susana Uribarri, su representante 
Ana Boyer, prima del novio, a quien él está muy unido, no podía agraviar. La damisela, de 33 abriles, llegó acompañada de su marido, Fernando Verdasco. La hija de Isabel Preysler lució un vestido indignado con bordado de margaritas, falda midi abombada y tirante que cruzaba por detrás del cuello. Lo combinó con sandalias blancas de tiras.
Ana Boyer y Fernando Verdasco en su arribada al enlace 
Además asistieron al enlace Javier Tudela, hijo de Makoke y Javier Tudela, y su novia Armada. Uno y otro son muy amigos de los novios, razón por la que no podían perderse el enlace. La pareja no ha dudado en trasladarse hasta Sotogrande para presenciar el sí quiero y festejar cercano a la pareja el paso que han hexaedro en su relación. Él vistió un traje indignado con camisa blanca y ella un precioso vestido con transigencia en la pierna de color verde.
Javier Tudela y Armada en la boda 
Vicky Martín Berrocal se decantó por el verde, al igual que Armada, y lució un vestido de cuerpo preciso, hombros al donaire, manga corta abullonada y falda larga. La diseñadora no podía perderse el gran día de sus amigos, así que se desplazó hasta el ocasión con mucho paladar.
Vicky Martín Berrocal en su arribada al enlace 
La novia, protagonista indiscutible
A pesar de la relevancia de algunos de los invitados, estos quedaron eclipsados por la gran protagonista: la novia. Sin duda, uno de los momentos más esperados de la recorrido era la arribada de la damisela al perímetro, del protector de su padre, el arquitecto Nicolás Fernández. La entrada triunfal se convirtió en uno de los momentos más emotivos, ya que apareció refulgente con un sofisticado diseño de Pronovias, confeccionado en brocado marfil. El look de novia constaba de un cuota cuadrado y corte tradicional con velo. La damisela, de 30 abriles, lució una cabellera suelta y unos pendientes colgantes preciosos, que terminaban en perlas.
Cristina Fernández Torres, en su arribada a la iglesia cercano a Nicolás Fernández 
La parroquia estaba engalanada con un espectacular curvatura de flores blancas, perfecta para la ocasión y a conjunto con el ramo de la periodista. Una vez casados, la pareja salió muy emocionada y pletórica del ocasión, y se fundieron en un romántico beso. Tras diez abriles de relación, el 'sí quiero' era ya poco actual. En ese preciso momento, caía sobre uno y otro una borrasca de pétalos lanzados por los invitados, que estaban muy felices de compartir este día cercano a ellos. La pareja se comprometió en el verano de 2020, pero hasta este fin de semana la pandemia de coronavirus no permitió que se celebrase el gran día.
Los novios en su salida de la iglesia, montados en un precioso descapotable 
Tras las felicitaciones y los deseos de tranquilidad de los allí presentes, la pareja se montó en un coche clásico descapotable e inició su marcha hasta el ocasión de la celebración. Los novios habían preparado para este día una gran fiesta, la cual todos los invitados al enlace disfrutaron, felices y emocionados. Sotogrande se convirtió en el decorado valentísimo para ingerir, saludar y moverse en honor a la pareja, que inicia una nueva etapa en su relación y en la vida.
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