Los bancos de la eurozona deben alentar "urgentemente" la toma en cuenta de los riesgos climáticos en su logística, que ve "insuficientes". Es una de las conclusiones del Mesa Central Europeo (BCE) tras el primer test de estrés a las entidades por el ejecutor climático, que arroja unas pérdidas de hasta 53.000 millones de euros en un entorno de transición "desordenada", a los que se suman 17.000 millones en un tablado de riesgos físicos, con incremento de temperaturas, inundaciones y sequías. En total, unos 70.000 millones.
En total se han analizado 41 bancos -de 104 entidades a las que se pidió información- en un hipotético entorno desfavorable, viendo su peligro de crédito y mercado teniendo en cuenta su billete en negocios con huella de carbono, no verdes. Según el test, cuyas conclusiones se han conocido este viernes, la mayoría no tiene un situación para calcular el peligro climático y escasamente un 20% lo tiene en cuenta a la hora de conceder préstamos.
Los bancos "deben doblar urgentemente sus esfuerzos para determinar y resolver el peligro climático, cubriendo las actuales lagunas de datos y adoptando las buenas prácticas", afirmó Andrea Enria, supervisor patrón del BCE. El cárcel central recomienda a la banca “mejorar la interacción con sus clientes para obtener datos más precisos e información sobre sus planes de transición”.
Los 70.000 millones de impacto, de hecho, serían mayores ya que no tienen en cuenta todos los factores que pueden darse en una crisis climática. Este precio “infravalora considerablemente el peligro climático efectivo” por reverberar “solo una parte” conveniente a la escasa disponibilidad de datos en esta etapa original, a que los modelos utilizados en las proyecciones de las entidades solo reflejan factores climáticos de forma rudimentaria, a la restricción de fases de desaceleración económica en los escenarios de estudio y de posesiones de segunda envés de los escenarios y a que las exposiciones incluidas solo representan en torno a de una tercera parte de las exposiciones totales de las 41 entidades.
El estudio pone de manifiesto que casi dos terceras partes de los ingresos que obtienen los bancos de clientes no financieros provienen de industrias intensivas en emisiones de gases de propósito invernadero. Por otra parte provienen de un número "muy escaso" de empresas, lo que "expone aún más a la banca a los riesgos de la transición".
Prácticas
Al punto que el 20% tiene en cuenta el ejecutor climático al conceder préstamos
En esta dependencia además destaca que parte de las entidades se encuentran en situación de vulnerabilidad por su dependencia sobre actividades expuestas a sequías, inundaciones y olas de calor. En este caso, el mensaje cita los ejemplos de la agricultura y construcción.
A diferencia de los test de estrés tradicionales, los resultados no tendrán un impacto en las reservas de haber que los bancos deben nutrir. El BCE está llevando a lugar una "revisión temática" separada para evaluar los avances de los bancos en la incorporación del peligro climático y medioambiental en su actividad. Retraso que cumplan sus expectativas a más tardar a finales del 2024.
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