La Policía investiga una presunta agresión sexual en grupo a una joven en València

Agentes de la Policía Franquista investigan una presunta ataque sexual en liga a una tierno en la ciudad de València, según han confirmado a Europa Press fuentes de la investigación.

Los hechos ocurrieron el pasado sábado 18 de junio, de alboreo, en València, cuando tres hombres presuntamente violaron a una tierno. Por el momento no hay detenidos.

Al parecer, la víctima, de 26 abriles, fue abordada por tres desconocidos de alboreo en una céntrica calle de la ciudad. Los asaltantes la agredieron sexualmente sobre el capó de un coche mientras la víctima pedía ayuda sin que nadie escuchara sus gritos de auxilio, según ha aventajado el diario 'Naciente-EMV'.

En las sentencias por violencia sexual en España se absuelve al pronunciado en más de uno de cada tres casos y se tiende a culpabilizar a la víctima mujer, según las conclusiones de la investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) "Androcentrismo en la argumentación sobre las violencias sexuales".

Un liga de investigadoras, encabezadas por Encarna Bodelón, directora del liga Antígona y profesora de la Filosofía del Derecho de la UAB, han analizado más de 200 sentencias sobre violencia sexual del año 2019 y han descubierto que, aunque haya habido cambios legislativos para eliminar el machismo en el código penal, la mayoría de jueces "no han cambiado el chip".

"No siempre una reforma legislativa implica una reforma en la mentalidad de los jueces. Evidentemente ahora que está cerca la aprobación de la ley del 'solo sí es sí', es imprescindible conocer cuál es la modo de argumentar de nuestros jueces y juezas", ha señalado Bodelón.

Del total de los fallos por violencia sexual analizados, un 37,7 % fue de absolución pese a suceder pruebas o testimonios en la mayoría de casos, concluye dicha investigación.

Desgranando los porcentajes por naturaleza de pruebas aportadas al causa, se dieron un 12 % de absoluciones pese a suceder un parte médico, un 30 % con testigos de la ataque y un 20 % con informes forenses.

"Se suele opinar que hay la dificultad de contar solo con el prueba de la víctima en estos casos, pero concurriendo pluralidad de pruebas se da un calidad parada de absoluciones, sobre todo comparado con otros delitos que no hay que probar tanto", apunta.

Por lo que respecta a la duración de las condenas, Bodelón ha destacado que aunque había quien auguraba que el fin de la distinción "despotismo" y "ataque" implicaría que las penas aumentaran, "lo cierto es que ha sido todo lo contrario".

"Estamos en casi un 50 % de sentencias por debajo de los 4 abriles y un 36 % por debajo de los dos abriles", señala, destacando que en muchas ocasiones el asaltante ni entra a prisión.

"Tenemos un problema enfermo de impunidad. No defiendo aumentar las condenas, pero sí tener en cuenta que en cuanto a aplicación y argumentación legislativo, incluso cuando se condena -que no es siempre- se tiende a minimizar el daño y la respuesta social", ha registrado.

De las sentencias analizadas por delitos de violencia sexual, el 41,6 % estaban redactadas por mujeres y un 58, 4 % por hombres, lo que destaca "ya nos lleva a pensar que todavía hay androcentrismo en las juezas".

Por otro costado, por lo que respecta a las indemnizaciones, en casi la fracción de casos, no había ningún tipo de indemnización.

"En la fracción era de menos de 6.000 euros, que según el daño es ridículo", señala.

Otros principios analizados por la investigación son los "prejuicios y estereotipos en la valoración de la prueba, así como comentarios sexistas en el desacierto".

"En aproximadamente 87 casos hemos enfrentado este tipo de comentarios. La presencia de estereotipos sexistas explícitos muestra relación con parámetros de la absolución", dice.

Entre otros, apunta que se tiende a exculpar si las lesiones presentadas por la víctima no son en el radio genésico, como si solo en esos casos pudiera suceder ataque sexual.

"Esa es una evidencia de los estereotipos y sexismos presentes en todo lo que implica una ataque sexual, así como total desaparición de perspectiva de mercaderías", añade.

Bodelón apunta que los estereotipos actúan como forma de "discriminación", "lo que en el ámbito legislativo es semejante de arbitrariedad".

Aunque se ha eliminado el requisito de intimidación y violencia para la ataque sexual y se modifica el papel del consentimiento, Bodelón dice que "implícitamente" los jueces las siguen demandando para condenar por ataque sexual.

Y existe, cuenta, interpretaciones restrictivas sobre si se dan o no esas circunstancias leyendo las sentencias pues a veces se concluye que "incluso habiendo amenazas, no se consideró que hubiera intimidación".

Otros sexismos y anacronismos, explica, versan sobre el hecho de que "aún se tengan en cuenta si la mujer se ajusta a ser 'honesta' o no".

Y el hecho que en el caso de las mujeres prostituidas haya "gran desprotección" y "poquísimas veces" se condene si se atreven a denunciar una ataque sexual.

Otro capítulo analizado, explican las investigadoras del liga Antígona de la UAB, tiene que ver con la concepción de "consentimiento" y "de oración" de la mujer víctima de ataque sexual.

Llaman la atención sobre que en sentencias en las que se deja claro que la víctima estaba bajo los mercancía del licor y no era consciente de la sinceridad, no es suficiente para considerar que estaba en "situación de vulnerabilidad", según los jueces.

Asimismo, alerta, "se culpabibiliza a las víctimas" y eso es "poco que se ve constantemente y a distintos niveles", concluye Bodelón

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