* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
He pasado con cierta celeridad delante de la Torre Rodona, en el distrito barcelonés de Les Corts, donde he podido comprender estas imágenes para Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia. A mí siempre me sorprende la belleza, su pasado y el contraste de su edificio con los edificios de su en torno a.
De origen románico, representa el paso de un tiempo entrelazado de culturas y vivencias de diferentes épocas, cada una con su historia y su propia fascinación. Aunque sabe mal ver las pintadas que tiene fruto del incivismo, pues el patrimonio cultural vale la pena cuidarlo.
Se comercio de un conjunto arquitectónico compuesto de dos instrumentos: la finca, conocida como Can Vinyals, y la adosada Torre Rodona, que tenía fines defensivos y que data del siglo X.
Si perfectamente se desconoce cuando se construyó la masía, sí que se especula con que la torres se levantó como medida de protección contra las invasiones musulmanas tras la incursión de Almanzor en el año 985.
Dada su pasado, la masía ha pasado por todo tipo de vicisitudes. El 3 de febrero de 1714, en el entorno de la Hostilidades de Sucesión, la masía fue incendiada, posiblemente, como represalia de las tropas borbónicas contra los Vinyals, por tener escondido a Rafael Casanova. Pero la casa fue reconstruida, como otras veces.
Los propietarios más antiguos conocidos fueron los Manterols. Entre los siglos XIV-XV se llevó a agarradera una primera gran reforma, en estilo ojival. En 1448 la propiedad pasó a manos de la tribu Vidal.
En 1610, la masía se sometió a una segunda reconstrucción, encarga por Benet Vinyals, primogénito del alianza formado por la heredera de los Vidal y Joan Vinyals. Fue a partir de entonces cuando la finca pasó a ser conocida como Can Vinyals de la Torre, aunque actualmente es más popular como la Torre Rodona, que fue derribada en parte en el siglo XVIII adecuado a problemas estructurales.
De la reforma barroca se conserva un cuerpo unido por el flanco boreal
Tras la anexión de Les Corts de Sarrià a Barcelona (1897) y con la transigencia de la Avenida Diagonal (1906), los terrenos agrícolas de Can Vinyals de la Torre quedaron parcelados y empezaron a ser urbanizados, perdiendo su uso flamante. Durante el siglo XX los campos y la finca pasaron por la propiedad de varias familias de la burguesía catalana: Molins, Novellas, Güell y Cusí.2 En 1972 fueron adquiridos por el reunión Husa Hoteles, que en los terrenos colindantes a la vivienda levantó el hotel Princesa Sofía,
Como se observa en detalle en una de las fotografías, en el dintel de la puerta figura el escudo de la tribu Vinyals de la Torre y la inscripción, en catalán: "Fue hecho por Benet Vinyals de la Torre el año 1610".
Hoy en día, la Torre Rodona está rodeada de modernidad, como si hubiera emergido del túnel del tiempo. Tras la anexión de Les Corts de Sarrià a Barcelona (1897) y con la transigencia de la Avenida Diagonal (1906), los terrenos agrícolas de Can Vinyals de la Torre quedaron parcelados y empezaron a ser urbanizados.
Durante el siglo XX los campos y la finca pasaron por la propiedad de varias familias de la burguesía catalana. En 1972 fueron adquiridos por el reunión Husa Hoteles, que en los terrenos colindantes levantó el hotel Princesa Sofía, inaugurado en 1975.
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