Finalmente, la Unión Europea ha determinado este viernes fijar un techo de 60 dólares (unos 57 euros) al precio del petróleo ruso, tras una negociación que ha culminado a escasos tres días de que entre en vigor el confiscación a la operación de crudo ruso aprobada formalmente en octubre.
La medida sigue el acuerdo aprehendido en el seno del G-7 para un fijar un tope de entre 65 y 70 dólares al crudo ruso y está dirigida al petróleo transportado por mar. No afectará al crudo que llegue a Europa a través de oleoducto, posteriormente de la excepción lograda por Hungría y otros socios europeos sin salida al mar que aducen su gran dependencia del petróleo ruso.
Tras vencer las reticencias de Polonia y los países bálticos, que reclamaban un tope más bajo, en torno a 30 dólares, y vinculaban esta medida a avanzar en la novena ronda de sanciones contra Rusia en represalia a su asalto a Ucrania, la UE ha acabado un acuerdo de compromiso en 60 dólares por otra parte de un mecanismo corrector para conquistar que el tope se revise periódicamente y se sitúe al menos el 5% por debajo del precio de mercado.
Posible corrección
Los Veintisiete fijan un mecanismo que fluctúe para avalar que el tope sea al menos el 5% del precio de mercado
Los Veintisiete negociaban a contrarreloj para tener un mecanismo en marcha el 5 de diciembre, término en la que entra en vigor el confiscación de la UE a la operación de petróleo ruso. Ahora la medida se aprobará a través del procedimiento escrito simplificado con el que el Consejo adopta la medida sin privación de que se vuelvan a reunir los embajadores de los Veintisiete.
Las negociaciones para fijar un tope al precio del crudo ruso se han demorado durante semanas, posteriormente de que Polonia y los bálticos se hayan situado en el centro de la discusión tras requerir un precio mayor muy bajo, de 30 dólares, defendiendo que es la forma de dañar las exportaciones de crudo ruso, han señalado distintas fuentes diplomáticas, que coinciden en señalar la posición "muy dura" de Varsovia en este tema.
Al tiempo, este clan de países vinculaba su manido bueno a la medida sobre el precio del petróleo a la aprobación de la novena ronda de sanciones contra Rusia, que lleva además semanas negociándose entre Estados miembros sin un horizonte claro para su aprobación.
Por otro flanco, las reticencias a un precio mayor muy bajo que presentaban países mediterráneos como Grecia, Chipre y Malta, alegando su dependencia del sector del transporte marino, parecen resueltas con la creación de un mecanismo de compensación que genere cierto beneficio para el comercio de crudo ruso.
El telón de fondo es la aprobación del noveno paquete de sanciones, en un momento en el que la UE parece activo cansado el apetito de sanciones y sin nuevas medidas contra el sector energético ruso sobre la mesa. Las pretensiones de Varsovia y los socios bálticos choca igualmente con el proceso técnico de las sanciones europeas.
Así las cosas, el debate entró en su recta final con el plazo afectado del 5 de diciembre, término en la que entra en vigor el confiscación a la operación de petróleo ruso, y para la que los Veintisiete deberían tener en marcha el mecanismo para fijar el precio mayor. Todas las fuentes consultadas confiaban en demorar a un acuerdo ayer de día margen, al señalar que la nueva ronda de sanciones contra Moscú en represalia a su asalto marcial a Ucrania está encauzado, independientemente de si finalmente ve la luz en paralelo a la medida sobre el petróleo.
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