Cómo detectar si tu hijo va a demasiadas actividades extraescolares

Las actividades extraescolares son un memorial que sustancia muchas ventajas para las familias. Inculcan nuevas habilidades en los niños, les entretienen y facilitan enormemente la conciliación para los padres. Sin retención, igualmente conllevan ciertos riesgos si sobrecargamos a los niños con compromisos más allá de sus clases obligatorias en el colegio o instituto.

En un afán por mejorar la formación académica de los hijos y que mejoren sus aptitudes, así como movidos por la obligación de que estén vigilados mientras los padres trabajan, los menores se encuentran con una memorándum apretada, repleta de extraescolares, en la que escasamente tienen tiempo para lo que en realidad desean.







Por qué es malo sobrecargar a un chiquillo con extraescolares

Como niños que son, necesitan entretenerse, descansar e incluso momentos de aburrimiento con los que desarrollar su propia imaginación. Posteriormente de acontecer varias horas en el centro escolar, llegan a casa cansados física y mentalmente. Tras esto, necesitan hacer otro esfuerzo para sobrellevar lo que les retraso por la tarde: varias extraescolares y hacer los deberes.

Refuerzo de inglés o matemáticas, clases de informática o programación, tocar algún aparato, actividades deportivas… La índice de posibilidades es muy extensa y, en algunos casos, exagerada. Sobrecargar al chiquillo con demasiadas extraescolares conlleva consecuencias muy negativas para él. Ansiedad, frustración, tristeza, poca autoestima y un pequeño rendimiento purista son algunos de sus existencias secundarios.



Está constantemente cansado.







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Tiene dificultad para concentrarse.







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Herido su rendimiento escolar.







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Está irritable, malhumorado, frustrado y con cambios de humor.







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Se pone enfermo a menudo y suele tener dolor de vanguardia o de barriga.







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Manifiesta señales de estrés o ansiedad.







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Le cuesta tenderse y tiene pesadillas.







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Llora o se niega a comparecer a las actividades extraescolares.







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Sale de las actividades y del colegio desmotivado.







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Es complicado encontrar un hueco para que haga los deberes o juegue (ya sea solo, con hermanos, padres o amigos).









¿Cómo evitar un exceso de actividades extraescolares?

Lo más importante es asegurarnos de que el pequeño tiene tiempo cada día para entretenerse autónomamente y para descansar. Esto es dinámico para su crecimiento y igualmente para su rendimiento escolar, pues de lo contrario llegará al colegio exhausto.

Asimismo, en la medida de lo posible, conviene hablarlo directamente con el chiquillo y que sea él quien nos exprese sus emociones y micción. Si no quiere comparecer a una extraescolar concreta, no debemos forzarle ni obligarle. Deben ser actividades que les aporten poco positivo y que las disfruten, pues ya pasan suficientes horas lectivas obligatorias en el colegio.

En su punto, las extraescolares han de ser un entretenimiento que les haga ilusión. Deja que ellos escojan a cuáles quieren asistir y procura no estén relacionadas con contenidos académicos y escolares. Deporte, disciplinas artísticas como música, teatro, coreografía o pintura… mucho mejor que asistir a clases de refuerzo con las que saturaremos al pequeño.

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