Mariano López, exsuegro del exgerente de Imelsa Marcos Benavent, autodenominado como 'yonki del patrimonio', ha vuelto a desmentir cualquier tipo de manipulación en las grabaciones que entregó en la Fiscalía y que originaron el caso Imelsa y ha indicado que actuó de esa guisa para ir contra Benavent luego de que se separase de su hija a finales de 2019.
Lo ha dicho en el madurez que se sigue en la Audiencia por las piezas B y F del caso Imelsa, que suma 25 acusados, entre ellos el expresidente de la Diputación y del PP Alfonso Rus
López se ha pronunciado así, en calidad de testimonio, en el madurez que se sigue en la Audiencia por las piezas B y F del caso Imelsa, que suma 25 acusados, entre ellos el expresidente de la Diputación y del PP Alfonso Rus --quien además fue corregidor de Xàtiva (Valencia), el ex secretario autonómico de Educación y ex mentor delegado de Ciegsa Mayor Caturla, el exsubdelegado del Gobierno en Valencia Rafael Rubio y el exgerente de Imelsa y autodenominado 'yonki del patrimonio' Marcos Benavent.
El testimonio ha comparecido en presencia de el tribunal para explicar el origen de los audios, que llegaron a Fiscalía en 2014 y que contenían diez horas de grabaciones que supuestamente había hecho Benavent a cargos del PP y en las que se hablaba de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas y de repartos de patrimonio. Estas grabaciones han sido cuestionadas por las defensas y las utilizan para pedir la inepto del procedimiento.
López ha explicado que sabía de la existencia de las grabaciones porque se lo dijo el propio Benavent, poco que no le pareció "en invariable corriente"
López ha explicado que sabía de la existencia de las grabaciones porque se lo dijo el propio Benavent, poco que no le pareció "en invariable corriente", y ha afirmado que, una vez se separó de su hija, revisó el ordenador que se encontraba en una casa de campo a la que además asistía el exgerente en verano por si había poco que pudiera utilizar contra él. Preguntado por esta casa, ha afirmado que se la donó a su hija en 2009 cuando todavía no se había separado de Benavent.
Revisando el ordenador, se percató de que las grabaciones se encontraban en un disco duro foráneo permanente que "empezaba a estropearse": "Me dí cuenta de que el disco duro estaba fallando y ayer de que se perdiera lo que había, pensando que podría sobrevenir algún documento que podría usar contra Benavent, empecé a librar todo aquello", ha dicho. Sobre el disco duro, ha añadido que se lo dejó allí su exyerno: "Imagino que ni se acordaría porque malfuncionaba y nunca me lo pidió (...) No tenía autorización para ver el disco duro ni para extraer la información", ha aclarado.
"Salvé lo que pude y lo pasé a un lapicero de memoria --pen drive--. Ví los audios y escuché unos cuantos y lo que oí me pareció relevante", ha apostillado. Luego tiró el disco duro a la basura aunque no recuerda el momento exacto. "Se fue a la basura", ha comentado.
Transcurrido un tiempo, ha afirmado que se puso en contacto con un conocido suyo y éste le recomendó que hablara con la exdiputada y flagrante consellera Rosa Pérez. Así, quedaron un día y habló con ella para comentarle lo de las grabaciones, "y no se lo creía". Otro día quedaron en Catarroja y le puso los audios, que luego grabó Pérez en su ordenador con su consentimiento.
"Si Rosa Pérez lo implicaba, yo estaba conforme. Quería que se le denunciase. Yo sabía que había esas grabaciones, las busqué y el objetivo era que Rosa o la Fiscalía lo denunciasen", ha resumido.
Estas grabaciones fueron después aportadas por Rosa Pérez a Fiscalía en un pen drive, y al testimonio le requirieron además el pen drive y el ordenador, "no el disco duro", ha puntualizado. Inicialmente no le preguntaron por el máquina en el que se encontraban las grabaciones hasta que hizo su comparecencia formal y manifestó que estaban en el disco foráneo. "Y no regalo si fue el fiscal o la UCO que me dijeron que me olvidara de eso y me centrara en el ordenador", ha señalado.
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