Joana Sanz, de 29 primaveras, ha visitado este fin de semana a quien todavía es su marido, el futbolista brasileño Dani Alves, de 39 primaveras. De forma inesperada, la maniquí canaria ha decidido desplazarse hasta el centro penitenciario donde se encuentra el deportista en prisión preventiva perceptible de forzar sexualmente de una mancebo en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre.
A la salida de la invitado Joana Sanz ha concreto a los medios de comunicación ahí congregados que no quería dejar solo a Dani Alves en "el peor momento de su vida" y que a pesar de todo, seguiría estando a su costado durante todo el proceso. Ayer de la invitado, la maniquí publicó una historia en Instagram con unas quevedos de sol mordidas por la mascota que tiene en casa. Sin duda, un mal presagio de lo que le esperaba en su diálogo con el futbolista.
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