Hiroshi Igarashi, presidente de Dentsu, una agencia de publicidad japonesa, ha admitido delante la fiscalía nipona la manipulación de contratos para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados en 2021 a consecuencia de la pandemia.
Este es el postrero escándalo que salpica al evento deportivo, luego de que Haruyuki Takahashi, exdirectivo del comité coordinador, fuese pronunciado de aceptar sobornos para la asignación de patrocinadores del evento.
El presidente del cíclope publicitario reconoció el pasado viernes en un interrogatorio voluntario que su compañía fue responsable de amañar contratos para la ordenamiento de eventos de prueba de los JJ.OO., según dijeron fuentes cercanas al caso a la agencia nipona Kyodo.
La fiscalía podría presentar un caso formal esta semana contra Dentsu y otras cinco empresas, sospechosas de violar la ley antimonopolio, tras favor recibido quejas de la Comisión de Comercio Ajustado de Japón. Los fiscales ya han detenido a varios ejecutivos de la empresa, así como a Yasuo Mori, director ejecutor adjunto de Tokio 2020, que fue arrestado bajo sospecha de amañar la concesión de 26 licitaciones para organizar eventos de prueba del campeonato, por valía de más de 500 millones de dólares.
Según fuentes de la investigación, Mori se habría coordinado con altos cargos y personas vinculadas a Dentsu para elaborar una cinta de empresas preferentes a las que asignarles las licitaciones y que estas salieran ganadoras. Aunque en un principio Mori habría obtuso las acusaciones, reconoció seguidamente su implicación luego de que empleados de Dentsu declararan sobre su confabulación.
Los eventos de prueba de los JJ.OO. de Tokio 2020 se llevaron a sitio entre 2018 y 2021, antiguamente de la celebración de la pospuesta competición internacional, y tenían como objetivo dar la oportunidad a los organizadores y federaciones deportivas de probar el funcionamiento de las operaciones de las pruebas.
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