Estar regordete no es parecido de estar enfermo. Aunque a veces los médicos recaigan en esta asociación cibernética. La percepción de la adiposidad como un problema de lozanía en sí mismo se debe más a una construcción social que a una evidencia científica. Muchos pacientes sufren por su peso gordofobia médica desde la existencia pediátrica, una porte que puede acarrearles graves consecuencias físicas y psicosociales que dañen su estado de lozanía.
La obesidad es un creador de aventura para determinadas afecciones, pero no debería catalogarse como una enfermedad en sí misma. El único sobrepeso siquiera tiene por qué ser la causa de problemas de lozanía que pueden padecer personas con toda clase de cuerpos. La consecuencia más inmediata de la estigmatización de las personas gordas por parte de los profesionales médicos es la dejación de sus competencias, con el aventura que conlleva de realizar un diagnosis negligente.
En qué consiste la gordofobia médica
La gordofobia se da en situaciones en las que el médico destaca el peso del paciente como el causante de sus problemas de lozanía, sin antiguamente someterle a las pruebas pertinentes, o incluso si este no es el motivo que le ha llevado a la consulta. Con estos diagnósticos precipitados, ni se determina si verdaderamente existe o no un problema de lozanía, y si lo hubiera, se descartan otras posibles causas que nulo tienen que ver con el peso.
En consecuencia, los tratamientos impuestos no solo no serán efectivos, si no que resultarán contraproducentes. Esconder una afección de lozanía detrás de una dieta o de la récipe de medicamentos para adelgazar, puede someter al paciente a una fluctuación continua de su peso y provocar la aparición de trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
La existencia es que los problemas asociados a la malnutrición y a la mala víveres pueden reflejarse todavía en los cuerpos normativos. Los perjuicios para los gordos se incrementarán más todavía si al presentarse a la consulta de un entendido en neumología, cardiología o digestivo, se omitan los orígenes del problema, de la forma que no se haría con los demás pacientes.
Consecuencias de sufrir gordofobia para el paciente
Las personas que reciben un trato discriminatorio por su cuerpo en las consultas se sienten incómodas y a veces terminan por dejar de ir al médico. En ocasiones los profesionales pueden ser violentos y ensañarse en particular con las mujeres gordas. Los pacientes que reciben comentarios y valoraciones exclusivamente en almohadilla a su peso se sentirán con toda probabilidad avergonzadas y humilladas, con la descuido de autoestima que ello puede reportarle.
La continua culpabilización al paciente y la desviación del motivo positivo de la consulta alrededor de su peso puede provocarle al paciente, por otra parte de afecciones de lozanía física, graves problemas psicológicos como depresión o ansiedad.
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