La reina Isabel de Inglaterra, a los 96 primaveras y luego de tener estado enferma de covid, tiene cada vez menos fuerzas. Hoy, por primera vez desde 1963, no va asistir al Parlamento para inaugurar oficialmente la nueva reunión y acertar el software del Gobierno. En su circunscripción lo hará Carlos, el heredero de la corona, un dimisión de enorme importancia simbólica. El fin de una era se vislumbra cada vez más cerca en el horizonte.
La monarca sufre problemas de movilidad, anda con un báculo y el virus le ha dejado huella, como no podía ser de otra modo a su destacamento tiempo. Finalmente se ha ausentado de numerosos actos públicos, delegando en otros miembros de la tribu positivo, como la conmemoración del día de la Triunfo en la II Disputa Mundial y diversos eventos durante Semana Santa. Solo ha ido, en marzo, al funeral por su marido el Duque de Edimburgo.
Desde hace días circulaban en Westminster rumores de que la reina no iría este año a los Comunes. En audiencia de sus recientes (y crecientes) problemas de sanidad, la política del palacio de Buckingham es que solo el mismo día confirmará su presencia en actos oficiales, dependiendo de cómo se encuentre, y siempre habrá un miembro de la tribu positivo de cuidado para sustituirla en el zaguero momento si es necesario.
Monarquía británica
Isabel II solo ha faltado en dos ocasiones a la inauguración de la reunión: en 1959 y 1963, en entreambos casos por estar encinta
La monarca solo se ha ausentado de la inauguración de la reunión en dos ocasiones durante sus setenta primaveras de reinado, y ambas (en 1959 y 1963) por estar encinta, siendo reemplazada por el Lord Chancellor. Pero en esta ocasión será el príncipe de Gales quien ocupe su circunscripción, en un antelación del cambio de poderes que se avecina. El llamado discurso de la reina (la enumeración de los proyectos de ley del Gobierno) se ha convertido en el discurso del heredero.
A pesar de sus crecientes achaques y pasión, Isabel todavía está activa, y el Palacio asegura que mentalmente se encuentra muy acertadamente y su principal problema son las dificultades para moverse. Las audiencias semanales con el primer ministro Boris Johnson se realizan desde hace tiempo por Teleobjetivo, y el lunes habló incluso por videoconferencia con el líder australiano, Scott Morrison. Para los próximos días tiene previstos una serie de compromisos privados que no requieren desplazamientos ni gran esfuerzo. El pasado día 21 celebró su 96 cumpleaños en privado en Sandringham.
La inauguración de la reunión el año pasado tuvo mucha menos pompa de lo habitual oportuno a las normas de distanciamiento social por la covid, y en el 2020, en plena nacimiento de la pandemia, no se celebró. Finalmente la reina había renunciado a sobrellevar puesta la corona imperial como es tradicional, porque le pesaba mucho y le molestaba, y incluso había prescindido de las vestimentas tradicionales muy rococó.
Isabel cumplió el pasado mes de febrero los 70 primaveras en el trono, y para los próximos meses están previstos una serie de acontecimientos que celebren la ocasión y den nuevo impulso a una monarquía dañada por el extrañamiento de Enrique y Meghan a California, y las acusaciones de acoso sexual contra el príncipe Andrés, duque de York. La cuestión es en cuántos de ellos podrá participar la homenajeada y protagonista.
Hoy, en el discurso del heredero, Carlos enumerará una treintena de proyectos de ley del Gobierno Johnson, y su disposición a romper unilateralmente los aspectos de los acuerdos comerciales del Brexit que no son de su júbilo (relativos a la inspección de productos británicos que entran en Irlanda del Ártico), si la Unión Europea no accede en las próximas semanas a modificarlos de modo sustancial.
Tras el contrariedad sufrido en las elecciones municipales y la triunfo del Sinn Féin en el Ulster, Johnson va a poner el intensidad en el remisión de inmigrantes ilegales a Ruanda y otras medidas que atraigan a los votantes ultraconservadores y apacigüen a los unionistas norirlandeses.
Publicar un comentario