Ambientazo en Via Laietana en el regreso de la manifestación del Primero de Mayo en Barcelona posteriormente de un parón de dos primaveras a causa de la pandemia. Un día precioso, manadas de turistas y cientos de manifestantes en jaleo crearon un medio ambiente festivo, encima de reivindicativo, en el centro de la haber catalana.
“Es un año en el que hemos conseguido la derogación parcial de la reforma profesional, ha sido una gran comunicado”, aseguran los líderes sindicales catalanes, Javier Pacheco (CC.OO.) y Camil Ros (UGT). Sin duda, la reforma profesional y otros triunfos sindicales como la subida del salario intrascendente interprofesional a 1.000 euros mensuales, ley de riders , la ley del teletrabajo o el acuerdo de las pensiones, han insuflado confianza a las agrupaciones sindicales, que claman este año por intentar apoyar el poder adquisitivo de los trabajadores delante la inflación desbocada.
Este domingo se concentraron en Via Laietana entre 2.200 y 8.000 personas, según estimaciones de sindicatos y Control Urbana respectivamente, con el inscripción de La posibilidad: subir salarios, contener precios, poner fin a las desigualdades. Entre ruido de petardos y tambores, cada colectivo aprovechó para hacer públicas las reclamaciones de su sector. Por ejemplo, Olga hablaba en nombre de los trabajadores de telemarketing: “la inflación se come los salarios y las empresas contratan a trabajadores con empresas de trabajo temporal”, denunciaba. O Mati, que representaba a los empleados de varios sectores en la Educación. “Pedimos el 3% más el IPC. Llevamos meses con los sueldos congelados y perdemos poder adquisitivo”·
Javier Pacheco, secretario de CC.OO. en Catalunya, reclamó medidas de contención de los precios, cuya subida sitúa a un “27% de la población de Catalunya en aventura de caer en la pobreza”. Para calmar los género del aumento de la inflación, Pacheco pidió subir el límite del índice para que la renta mínima ciudadana llegue a más familias. Asimismo, aseguró que los sindicatos piden al Govern de la Generalitat “una transferencia directa de 300 euros para las personas más vulnerables”.
Según declaraciones de Camil Ros, secretario normal de UGT en Catalunya, logros como la derogación parcial de la reforma profesional son el camino a seguir. “Ya se dejan ver los resultados del cambio y este mes el 80% de las contrataciones en Catalunya fueron contratos indefinidos, y en la franja más señorita llegaron al 100%”, destacó. Para calmar el precio disparado de la energía, los sindicatos pidieron el control de precios por parte de las autoridades de la UE. “Si el BCE controla los tipos de interés, incluso se pueden controlar los precios del gas”, reclamó.
Otra de las medias que reivindican los sindicatos es “indexar los salarios a la inflación, incluso por ley”. Asimismo, para calmar la pérdida de poder adquisitivo, aseguró que los sindicatos pelearán por la inclusión de “una cláusula de revisión salarial en todos los convenios colectivos”, incluso con movilizaciones en la calle, y que no aceptarán ningún acuerdo con la patronal que no tenga en cuenta un sistema de revisión al aumento de los sueldos.
Por su parte, Chakir el Homrani, exconseller de Treball, Afers Socials i Família de la Generalitat y diputado de ERC, se unió a la reivindicación de proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos. “No podemos permitir salir de esta crisis como salimos de la crisis del 2008, más pobres, ni que las mujeres sigan cobrando un 25% menos que los hombres. La paridad salarial es otra de las preferencias”, dijo el Homrani.
Como suele ocurrir este día, el Primero de Mayo incluso sirvió para transmitir mensajes políticos de distinta índole y poco variopintos. Desde la agrupación cubana con canciones caribeñas e iconografías que exaltaban al comandante Che Guevara, los jóvenes entonando “obreros por aquí/ obreros por allá”, pasando por canciones antisistema “Contra el poder del haber / República popular y federal”, hasta panfletos más radicales, como el del Partido Comunista Internacional, que aboga por “apurar con el capitalismo”, que está viviendo una “crisis de sobreproducción”, en el contexto de “un intento circuncéntrico del imperalismo estadounidense, europeo y japonés de descargar las pérdidas del crac financiero-industrial concentradamente sobre el imperialismo ruso”.
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