Se mire por donde se mire, hace tiempo que los reyes de Bélgica deberían tener realizado la entrevista que esta semana han emprendido a la República Democrática del Congo (RDC). Primero fue aplazada como consecuencia de la pandemia. Luego, por la erradicación en Ucrania. Hacía 12 primaveras que un jerarca de Estado belga no viajaba a la antigua colonia pero, en verdad, son muchos más los primaveras perdidos por la indiferencia política por el destino de un país tan estrechamente adherido a su historia.
Tener lugar página y avanzar en torno a un futuro de colaboración y confianza es la ambiciosa encomienda que se ha traumatizado el Gobierno belga con su entrevista oficial de siete días a la RDC, un alucinación cargado de simbolismo en el que el rey Felipe ha inaugurado el proceso de restitución de haberes culturales africanos con la entrega al Museo Franquista del Congo de un kakuungu , una gigantesca y extremadamente rara máscara usada por la etnia suku para ritos iniciáticos. Es tan valiosa como un Rubens o un Rembrandt , a sostener de los especialistas.
El rey belga entrega al Museo del Congo una antigua máscara; el diente de Lubumba, su última reliquia, retraso en Bruselas
No era más dócil de transportar que el objeto que muchos congoleños ansían verdaderamente ver de envés en el país, la única reliquia conocida del líder anticolonialista Patrice Lumumba, el primer jerarca de Gobierno congoleño electo democráticamente, que en 1961 fue asesinado por rebeldes con apoyo de la metrópoli, como quedó demostrado décadas a posteriori. Políticamente, sin requisa, para Bélgica era mucho más sencillo devolver la imponente máscara que echar en la maleta del rey el pequeño diente de oro del héroe franquista congoleño.
La alcoba fue conservada por un agente belga como “trofeo de caza” a posteriori de que su despojos fuera disuelto en ácido. En el 2016 la jurisprudencia belga lo requisó. Tras múltiples requerimientos de sus descendientes, las autoridades belgas accedieron hace dos primaveras a devolverles el diente, pero será el Gobierno quien se encargue de la gobierno. Su viuda ya murió pero varios hijos de Lumumba asistirán a la ceremonia que tendrá sitio el 20 de junio en Bruselas, organizada inmediato con la embajada de la RDC. “Para nosotros, como africanos, el duelo empezó hace 60 primaveras”, ha dicho su hijo, Roland Lumumba. Con la entrega de la reliquia, que nunca han llegado a ver, “podemos terminar el duelo y avanzar. Es un alivio para nosotros”.
La devolución de la reliquia y parte de los miles de objetos que atesora el Museo de África de Tervuren se enmarca internamente del proceso de gratitud de los horrores del colonialismo belga que surgió de la ola de protestas globales por la crimen de George Floyd en el 2020. Ese año se cumplía el 60.º aniversario de la independencia de la RDC y el rey envió una inédita carta a su presidente, Félix Tshisekedi, para expresar su “profundo pesar” por los actos de violencia y crueldad cometidos durante el periodo colonial, que provocaron millones de muertes. Es el mismo mensaje que el miércoles les transmitió de viva voz en Kinshasa.
“Aunque muchos belgas estaban sinceramente comprometidos y amaban profundamente al Congo y su clan, el régimen colonial como tal se basaba en la explotación y la dominación (...), en una relación desigual, en sí misma injustificable, marcada por el paternalismo, la discriminación y el racismo que dio sitio a abusos y humillaciones”, reconoció el rey de los belgas. “Deseo reafirmar mi más profundo pesar por estas heridas del pasado”, dijo en presencia de las máximas autoridades congoleñas y miles de personas reunidas frente a la Asamblea Franquista, engalanada con una pancarta gigantesco con el emblema Una historia global .
El rey no pidió disculpas por los abusos, como algunos esperaban, pero no se descarta que el Gobierno lo haga más delante, cuando la comisión parlamentaria encargada de examinar el asunto entregue sus conclusiones y recomendaciones, lo que podría desobstruir la puerta a la demanda de reparaciones. Felipe intervino en el mismo sitio donde en 1960 su tío, el rey Balduino, se levantó en plena intervención de Lumumba cuando este habló de los abusos y golpes que los congoleños padecieron bajo el dominio belga. Dicen los historiadores que fue el discurso que lo mató. Lo que entonces era una afrenta inaceptable para Bruselas, hoy forma parte del discurso de reconciliación con el que Bélgica negociación de reponer a los deseos de cooperación existentes en los dos países. “No hemos olvidado el pasado, pero miramos en torno a el futuro”, dijo el ministro de Comunicación del chavea país, Patrick Muyaya. “El futuro es más importante que el pasado”.
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