Europa
Islandia
Volcanes, géiseres, fuentes termales, campos de escoria, glaciares, fiordos, auroras boreales… los paisajes de Islandia son tan excepcionales que parecen trasladarnos al fin del mundo. El verano es una de las mejores épocas para revistar este país insular, por el clima, porque se puede disfrutar del sol de media indeterminación —el sol es visible en el horizonte las 24 horas— y porque la mayoría de las carreteras están abiertas y la mejor forma de recorrerlo es alquilando un coche, aunque siempre será más caro. Algunos de sus destinos imprescindibles son la lago helero de Jökulsárlón, una extensa maravilla natural que alberga icebergs azules; la península de Snæfellsnes, con playas vírgenes, santuarios de aves, campos de escoria y la muy instagrameada cascada de Kirkjufellfoss. Los amantes del trekking disfrutarán en estas tierras y podrán relajarse a posteriori en muchos de sus baños geotermales calientes, como el Blue Lagoon. Si hay tiempo, no dejéis de revistar el asombroso fiordo Seyðisfjörður, que recibe un ferri semanal entre sus montañas y cascadas. Y hay que reservarse unos días para exprimir la hacienda, Reikiavik, una ciudad que se puede explorar a pie y que en verano está repleta de festivales, con restaurantes de producto Km0 y una vida nocturna de lo más interesante.
África
Namibia
La belleza de Namibia es indiscutible: naturaleza y fauna salvaje, desiertos, sabanas, atardeceres de ensueño…. El destino desértico del sur de África es uno de los países con beocio densidad de población del planeta, uno de los más seguros del continente y valentísimo para unas asueto de aventura. La hacienda es Windhoek, que conserva vestigios de su época colonial alemana y será el punto de partida de cualquier ruta; igual que Swakopmund, un ejemplo de inmueble art nouveau germana. Son muchos los viajeros que se animan a traspasar un todoterreno con tienda de pernoctar incorporada y recorren el país, acercándose a parques nacionales como el de Etosha, el más popular, o el de Namib-Naukluft, donde se encuentra el desierto de Sossusvlei, con dunas de tonalidades rojizas que alcanzan los 325 metros de cumbre. Igualmente es interesante revistar la Reserva Natural de Okonjima para ver guepardos, leopardos y licaones. Más allá de los safaris, si os gusta surfear adentraos en Skeleton Coast, una zona costera protegida, porque allí encontraréis algunas de las mejores olas del mundo. En lo gastronómico, no perdáis la oportunidad de probar carne de cocodrilo, cebra, kudu o orix, habituales en la dieta del país.
Asia
Japón
Se ha hecho esperar, pero desde junio Japón ha vuelto a desobstruir sus fronteras a los turistas internacionales que podrán ingresar al destino, de momento, mediante tours combinados, contratados en una agencia de viajes registrada en el país, y en compañía de guías profesionales. Es probable que se puedan revistar las grandes ciudades cosmopolitas como Tokio, Kioto, Osaka o Kamakura, pero en este contexto el país japonés quiere potenciar propuestas de turismo sostenible, menos masificadas, y con itinerarios que evitan multitudes. Por eso, recomienda destinos como Miyama, un pueblo de cabañas de paja que se encuentra al noroeste de Kioto, y que fue distinguido en 2021 como uno de los Best Tourism Villages por la Ordenamiento Mundial del Turismo. O la isla de Okinawa, un paraíso natural popular por su flora y fauna, con bosques subtropicales que han sido declarados Patrimonio Natural de la Humanidad, y una hacienda, Naha, donde se puede degustar toda la tradición de la restauración japonesa.
El país japonés abre sus fronteras con una reto por el turismo más sostenible y menos masificado
América
Ecuador
Enclavado en la costa oeste de Sudamérica, Ecuador es un país de contrastes: las selvas del Amazonas, las montañas de Los Andes, la costa del Pacífico y la gran riqueza animal y vegetal de las islas Galápagos. Para presentarse a estas zonas hay que acaecer por Libre, la hacienda, ubicada anejo al volcán Pichincha, uno de los muchos que hay repartidos por el país. Su centro histórico fue el primero que la UNESCO declaró como Patrimonio de la Humanidad, y mantiene una fabulosa inmueble e iconografía religiosa de la época colonial. Para los que busquen playas, las de Montañita o Olón son algunas de las más recomendadas; y para los amantes de la restauración, el país posee una cocina única, conocida como comida criolla, que incorpora tamales, sopas, ceviches, la tradicional fritada… entre otros muchos platos en los que igualmente se fusionan saberes y sabores ancestrales con propuestas de vanguardia. Para los más golosos, memorar que Ecuador es el proveedor de más del 60% de la producción mundial de jaleo, así que el chocolate será un buen rememoración con el que retornar a casa.
Un país de contrastes con la selva del Amazonas, las playas del Pacífico y las montañas de los Andes
Oceanía
Nueva Zelanda
Tras dos primaveras de suspensión pandémico, Nueva Zelanda volvió a acoger turismo en mayo, así que ya podemos para retornar a deleitarnos con sus maravillas naturales. De aspecto ferviente o con montañas repletas de glaciares, el país comprende dos islas. En la boreal, hay que revistar Auckland, la ciudad más poblada del país; la espléndida Bay of Plenty; el centro ferviente de Rotorua; Muriwai, una zona costera conocida por sus playas de arena negra volcánicas; o el Lado Reinga, con unas vistas espectaculares, entre muchas otras localizaciones. En la isla sur se puede hacer senderismo por la montaña más incorporación del país, el Monte Cook; hacer deportes de aventura en Queenstown; contemplar los lagos Manapouri y Wanaka, y igualmente recorrer la costa oeste pasando por el helero Franz Josef hasta el fiordo de Milford Sound, un hito imprescindible, con espectaculares paredes de roca que superan los 1.200 metros de cumbre, y con un sendero, el Milford Track, que empieza en el alberca Te Anau. Una de las maravillas de nuestro mundo.
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