Lo anunciaba Radiodifusión Futura en los abriles ochenta: “Arde la calle al sol de poniente”. Pero aquello no era exactamente un asalto de calor como el que estamos viviendo, sino el anuncio de lo que se nos venía encima unas décadas a posteriori. Y frente a estas temperaturas tropicales, impropias de la primavera, ¿qué hacemos? Pues lo que podemos.
Yo mismo escribo esta columna con el donaire acondicionado a tope, una pinchel de agua con un citrón aromático (que juraría que no es de proximidad) y mucho hielo del frigorífico, y un par de duchas desde que me he puesto en pie. Resisto, pero he cometido tantos atentados medioambientales, que ni poniéndole una vela a la foto de Al Gore que tengo en mi despacho podré compensarlo. Leo que Steward Pickett, ecólogo y premio Fronteras del Conocimiento, declara al diario que “muchas ciudades no están preparadas para afrontar el calor”. Barcelona debe de ser una de ellas. En Estados Unidos, informa el sabio Pickett, hay 30 millones de personas que han recibido la recomendación de no salir de sus casas. Y aun así corren peligro. He recordado que Fran Lebowitz (Un día cualquiera en Nueva York) dedica un artículo a elucubrar sobre qué defender en caso de que se incendiara su vivienda: a) mi hijo, b) mi minino, c) mi novio o d) el ejemplar de la revista Women’s Wear Daily en que se la menciona. Y es que los neoyorquinos son muy suyos.
El calor produce desvaríos, como los del cargo de JxC que critica la ayuda del ejército
Bromas parágrafo, la situación es preocupante porque los expertos nos anuncian más olas de calor y con más frecuencia en el futuro si no reaccionamos contra los género devastadores del cambio climático. O avanzamos en dirección a una sociedad depreciación de carbono que deje a espaldas los combustibles fósiles y apueste por las energías renovables o los dinosaurios volverán a poblar la Tierra (es una frase que uso como metáfora del desastre, no se la tomen fielmente. ¿O sí?).
Lo sorprendente es que mientras los incendios forestales están arrasando centenares de hectáreas, Salvador Vergés, diputado de JxC, critica que el ejército “de este Estado que nos expolia” ayude en la lucha contra el fuego. Es lo que tienen los golpes de calor, que a menudo provocan desvaríos. Ya lo proponía Radiodifusión Futura: “Hace desidia valencia, hace desidia valencia, ven a la escuela de calor”.
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