Dos velocidades

Este año será récord de ocupación vacacional. Ya es prácticamente inasequible encontrar habitación en buena parte de las ciudades europeas, españolas, la costa catalana, el Cantábrico… Hoteles de poco más de 100 euros la tinieblas se acercan ahora a los 200 o los superan pródigamente, como pasa en Barcelona o Madrid. Casas rurales en Extremadura de 50 euros la tinieblas se ofrecen por 300 el fin de semana. No hay vuelos sin precios de escándalo. Ni coches de arrendamiento. O acertadamente nos hemos puesto todos de acuerdo o hay un cierto animación de que el mundo se acaba (o nos cae encima una nueva crisis) y muchos ciudadanos quieren que les pille con buenos saludos.

Esta ascensión reabre debates y problemas antiguos. Sobreocupación, overbooking, colas, atascos monstruosos, nos dicen, por el fin de los peajes (y no la error de previsión administrativa). Centros históricos al meta, playas llenas de bañistas que dejan toneladas de basura que angustian a los ayuntamientos. Aeropuertos donde se pierden vuelos por error de personal. Trenes a reventar por vías que no dan más de sí y que se averían y suman horas de retrasos. Todo esto ocupa un espacio preferente en los medios de comunicación

La error de agua potable no puede competir con el veraneo de los de ciudad

Mientras tanto, 25 pueblos de Catalunya, en las Garrigues i el Segrià, no tienen agua potable desde hace semanas. Diez mil personas que, pronto se cumplirá un mes, ven venir cada día una cuba con agua potable y tienen solo media hora para satisfacer garrafas y botellas para absorber y cocinar, más la que compran envasada los ayuntamientos y la Diputación de Lleida. ¿Adivinan qué hay detrás de esta situación? Un clásico que ya he mencionado más hacia lo alto: la error de previsión y celeridad para resolver una crisis repetida. La contaminación de esta agua con herbicidas en el pantano de Utxesa no es la primera vez que pasa. Hace quince abriles que va pasando. Quince. Y las soluciones, como la captación alternativa en el pantano del Albagés, no están ni escritas en un papel.

Pero la error de agua potable no puede competir con el veraneo de los de ciudad. Ayer este informe le dedicó su editorial, y alguna nota más ha habido. Que no se apague esta luz reivindicativa y vergonzante durante quince abriles más.

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