El Museu Pau Casals del Vendrell reabre sus puertas luego de estar cerrado por obras durante un año y medio. Durante su rehabilitación se ha utilizado para renovar la museografía del violonchelista. La nueva exposición potencia la óptica más humana y pacífica del músico con audiovisuales que muestran su trayectoria musical.
La intervención ha tenido un coste de 2,5 millones de euros, financiados por la Generalitat, la Diputación de Tarragona, el Comunidad del Vendrell y la Fundación Pau Casals.
Todo el conjunto va en harmonía con la casa gracias a la intervención arquitectónica que permite un diálogo entre el interior y el exógeno. Por otra parte, ha permitido reparar diversas patologías de la casa del cómico.
“Gracias a la investigación que se ha hecho sabemos más cosas sobre este edificio novecentismo de relato”, explica el director normal de la Fundación Pau Casals, Jordi Pardo. En concreto ha permitido “interpretar el edificio y recuperar con deducción patrimonial los muros, acabados y jefatura de los techos de forma rigurosa”, añade Pardo.
En lo referente a las patologías, el inmueble tenía humedades, grietas en muros y filtraciones. Se ha utilizado la intervención para incluso mejorar el medio acondicionado, la seguridad y para sustituir algunas instalaciones por otras más eficientes.
Una nueva exposición
El espacio se divide en diferentes salas, con estancias que recogen rudimentos concretos, como una habitación en la que se puede ver el primer chelo que el padre de Pau Casals le regaló cuando tenía 11 primaveras.
De este modo, la primera parte del museo explica la música, mientras que la segunda se centra en explicar “porque usó la música”. Mensajes de paz, de protesta, de fraternidad y en contra de las dictaduras se suceden tanto en los plafones explicativos como en los diferentes audiovisuales que se proyectan en las paredes.
“Hay tres ámbitos diferenciados: la fuerza del silencio, el compromiso social y la fuerza de la paz”. Ámbitos que se corresponden con diferentes momentos vitales del cómico, que desembocan en la sala final en la que reproduce el mítico discurso que Casals hizo en la sede de las Naciones Unidas en el año 1971 inmediato con mensajes pacifistas combinados con imágenes actuales de lugares de diferentes partes del mundo en las que todavía hay guerras, desigualdades y sufrimiento.
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