La Corte Suprema de Texas bloquea la orden temporal que permitía reanudar los abortos

La Corte Suprema de Texas bloqueó anoche una orden previa de un tribunal inferior que, a principios de semana, determinó que las clínicas podían continuar practicando abortos a penas 10 días de que el Tribunal Supremo estadounidense eliminara tal derecho anulando la doctrina vivo desde 1973.

Lo sucedido en Texas, cuando la pasada semana el engendro estuvo prohibido, pasando a ser justo días luego hasta para poner fin a gestaciones de hasta seis semanas, y quedando finalmente anulado ayer, ejemplifica el caos y la confusión generalizada en todo el país tras el arbitraje del Supremo.

"Estas leyes son confusas, innecesarias y crueles", ha resumido Marc Hearron, abogado del Centro de Derechos Reproductivos.

Desde que la máxima instancia contencioso estadounidense anunciara su revocación el pasado 24 de junio, American Civil Liberties Union, Planned Parenthood y Center for Reproductive Rights indicaron hoy que han acudido a los tribunales de merienda estados con la intención de restaurar esa ejercicio. Esos tres organismos han actuado de forma conjunta en merienda estados y ya han rematado victorias temporales en Luisiana, Texas, Utah y Kentucky.

Incluso pleitearon en Misisipi, Arizona, West Virginia, Florida, Idaho, Oklahoma y Ohio. Según su recuento, el engendro no está arreglado o no lo está con facilidad en unos doce de los 50 estados estadounidenses, y como resultado de la intrepidez del Supremo se demora que esa signo aumente hasta unos 26 en las próximas semanas y meses.

El arbitraje fulmina el derecho al engendro a raíz de un pleito sobre una ley de Mississippi respaldada por los republicanos que prohíbe el engendro luego de las 15 primeras semanas de elaboración. La resolución confirma esa ley pero obviamente va mucho más allá.

La votación para anular la doctrina Roe vs. Wade resultó en un 5 a 4 entre conservadores y progresistas. El presidente del Tribunal, el incluso conservador John Roberts, emitió un voto particular para indicar que habría defendido la ley de Mississippi pero no habría entregado el paso adicional de eliminar por completo el precedente de Roe, y luego el derecho al engendro. 

La anulación de los derechos reproductivos en Estados Unidos choca con la opinión mayoritaria de sus ciudadanos al respecto: según una investigación de mayo pasado a cargo de la radiodifusión y la televisión públicas de EE.UU. (NPR y PBS) con la encuestadora Marist Poll, el 64% de los estadounidenses defendía la con­tinuidad de la norma Roe, frente a un 33% partidario de que el Supremo la anulara: un respaldo que se mantenía desde hacía largos primaveras pero no que siempre se reflejó en las votaciones.

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