La burguesía se autorrescata en el Golf de El Prat

El Auténtico Golf El Prat, que pese a lo que su nombre indica se ubica en el término municipal de Terrassa y no contiguo a la playa de aquella población metropolitana, es uno de los clubes sociales más conservadores y antiguos de la burguesía barcelonesa. Creado en los primeros primaveras del siglo pasado fruto de las aspiraciones de exclu­sividad y aislamiento de un corto núcleo social en el que convergían una parte de los nuevos empresarios y la escasa aristocracia catalana de la ciudad. Burgueses y grandes de España. Cojín de un club deportivo que con el franquismo vivió sus momentos de veterano esplendor y que aún hoy compite por el liderazgo con el no menos cerrado y exclusivo Puerta de Hierro de Madrid.

Fue precisamente a medio de la decenio de los cincuenta del siglo pasado cuando estrenó su nombre de Auténtico Club de Golf El Prat. Desde entonces estuvo presidido por grandes empresarios barceloneses vinculados al régimen, como Eusebio Bertrand Mata, del sector textil; José Antonio Romeu de Delás, cemento; Francisco Daurella Franco, embote­llador de Coca-Nalgas, o José Felipe Bertrand de Caralt, asimismo del cemento y el sector agropecuario.

El histórico club de la burguesía conservadora y la aristocracia recinto quiere rescindir la deuda

En el mandato de este zaguero sucedió lo que la mayoría de los socios del club consideraron siempre inverosímil, la ampliación del aeropuerto de El Prat. La construcción de la tercera pista obligaba a desalojar los terrenos que ocupaba el club, cedidos en su momento por el Profesión de Defensa y despabilarse una nueva ubicación. Fue por ese motivo que el club de Golf El Prat acabaría instalándose en Terrassa en el 2004.

Para la nueva período de negociación con las autoridades, la Generalitat de Jordi Pujol y ayuntamientos, el electo fue un hombre de la élite pero con nuevos aires, Higinio Raventós Negra, que se encargaría de despabilarse ayudas públicas, como la subvención de 1.000 millones de pesetas para la nueva depuradora de aguas que el club necesitaría en el Vallès, y despabilarse el necesario consenso para la operación de todas las administraciones implicadas.

FOTO: MANE ESPINOSA. VISTAS DEL REAL CLUB DE GOLF EL PRAT UBICADO EN TERRASSA

El Golf de El Prat sito en Terrassa 

Mané Espinosa

Las nuevas instalaciones del club se diseñaron coincidente con las aspiraciones de la clase que lo regentaba. Como reza la web de la entidad, “un paisaje idílico en el que Greg Norman [legendario golfista australiano] diseñó 45 hoyos con un planteamiento único que fusiona la comodidad con la belleza, al integrar de forma armónica los recorridos con la naturaleza”. La obra se complementó con un edificio para la sede, casa-club, obra del arquitecto racionalista barcelonés Carles Ferrater, autor asimismo del hotel Juan Carlos I o el Palau de Congressos de Catalunya.

En suma, un tesina tan angurriento como costoso que dejó al club con una deuda de casi 20 millones de euros. Muestra de unas ambiciones y objetivos que la ingenuidad parece dejar claro que no se correspondían con la fuerza positivo de la clase que lo promovía.

Desde el traslado, el club no ha gene­rado excedentes hasta el año pasado, lo que ha convertido en inasumible la deuda acumulada por la entidad y una prueba más de las dificultades de la elite económica barcelonesa para amparar posiciones en el nuevo mundo de la desindustrialización y la globalización.

El primer periodo, tras el traslado de sede, se caracterizó por ciertos cambios de composición social en la juntura, con la integración de empresarios de la zona. Fueron los periodos de Juan Llorens, expresidente de Seat, y Federico Montllonch, directivo de Accenture. Desde el 2019, el presidente es Pancho Schröder, ex director financiero del Barça hasta la venida de Joan Laporta a la entidad deportiva, y en la juntura aparecen apellidos de la antigua época, pero que ya no se dedican a las mismas actividades que sus antepasados. Allá quedan las empresas a las que se los asoció.

Apellidos de las finanzas barcelonesas, como Manuel Carreras, ex Benkers Sociedad de Títulos y editor de la rumbo gastronómica Macarfi, o miembros de la comunidad García-Nieto; un descendiente del genérico Espartero, el regente que bombardeó Barcelona en 1842; o apellidos de pasado industrial, como Güell, Borés, Vilá o López de Lamadrid. “Un coalición conservador cercano al PP y en el que inclu­so hay personas próximas a Vox”, señalan fuentes conocedoras de su composición.

Es a esta juntura pues a la que le ha tocado despabilarse una decisión para una deuda que no es sostenible y menos en un contexto de seguras subidas de tipos de interés, hacerse cargo la ingenuidad de los nuevos tiempos, poco que ya ha venido sucediendo en otras organizaciones de la suscripción burguesía recinto, desde la Cambra de Comerç al Círculo Ecuestre o, ahora, el Cercle d’Economia.

Desde hace unos meses El Golf El Prat ha puesto en marcha una campaña para que la veterano ayuda la realicen los socios. Son unos 2.100 socios, de los que 460 se han incorporado durante el zaguero año. Un aumento a contracorriente de lo que sucede en la mayoría del resto de clubs del mundo, donde disminuye su número.

La operación ahora en marcha consiste en que un agrupación de unos 70 socios, núcleo duro de un sector de la burguesía recinto, aportarán cada uno 70.000 euros en forma de bono a siete primaveras, es afirmar casi 5 millones de euros, al fondo Nara Caudal, que añadirá al menos otro 10% y será el encargado de negociar con la banca acreedora, BBVA, Sabadell y CaixaBank, tenedoras a tercios de la deuda. Esta ya ha destacado que la negociación será dura. El fondo, que ya ha realizado operaciones por unos 400 millones de euros y está diri­gido por Josep Penitente y Joan Mercadal, ha sido asesorado por Russell Bedford. Si la operación fructifica, se propone modernizar el club y adaptarlo a los nuevos requerimientos de la ejercicio del golf, manteniendo estándares acordes con las exclusivas exigencias de sus socios. ¿Y qué obtendrán los socios que ahora aportan su peculio? Un circunscripción al sol en el futuro para su club y un trato peculiar como miembros dorados.

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