Un ‘becario’ brasileño incubado en Moscú

No ocurre solo en las novelas o películas de espías, construir una falsa identidad es un hacendoso proceso en el que los servicios secretos de todo el mundo invierten largos abriles de trabajo.

La agencia de inteligencia de los Países Bajos asegura que Rusia dedicó al menos un decenio a construir el personaje de Viktor Muller Ferreira, un supuesto estudiante brasileño que fue detenido al pisar el aeropuerto de Ams­ter­dam en abril. Unos días a posteriori debía incorporarse como becario en la Corte Penal Internacional (CPI), el organismo que investiga a Rusia por posibles crímenes de desavenencia en Ucrania y Georgia.

Se cree que su auténtico nombre es Serguéi Vladimiróvich Cherkásov y, según La Haya, representaba una amenaza “potencialmente muy entrada”. “Si este agente hubiera rematado entrar como becario en el CPI, habría sido capaz de reunir información y apañarse o alistar fuentes, por otra parte de lograr a sus sistemas digitales”, explicaron el jueves las autoridades neerlandesas, que han desvelado abundantes detalles del caso para mostrar el manufacturado modus operandi del GRU, la agencia rusa de espionaje marcial.

Según la policía de Brasil, el estudiante que intentó infiltrarse en la CPI es ruso y se apellida Cherkásov

Una carta de presentación fechada en el 2010, escrita en portugués con faltas de ortografía, cuenta la historia de Viktor, que se lee como uno de esos relatos inspiradores de personas que luchan contra la adversidad para alcanzar sus sueños. En su caso, convertirse en analista de política internacional o quizás periodista.

Nacido en Río de Janeiro en 1989 en una tribu insuficiente y desestructurada, criado por su origen y su tía, a su homicidio, el copiado Viktor retomó los lazos con su padre para poder estudiar. Llegó a matricularse en instituciones tan prestigiosas como el Trinity College de Dublín o la American University de Washington. Durante su estancia en EE.UU. pidió la prebenda de la CPI, un organismo con sede en La Haya que en el 2016 comenzó a investigar los posibles crímenes de desavenencia cometidos por Rusia en Georgia en el 2008. Lo intentó varias veces. Al fin fue aceptado, debía incorporarse en abril al sección de “estudios preliminares” del tri­bunal.

La carta está llena de detalles que se supone que debían dar credibilidad al relato, como el olor al pescado cocinado en el puerto o los clubs a los que iba de novicio. Se desconoce qué hizo exactamente saltar las alarmas, pero cuando hace un par de meses aterrizó en Amsterdam las autoridades migratorias lo enviaron de revés a Brasil. Su documentación era falsa. Al salir, fue detenido en la frontera.

Según la policía brasileña, Cherkasov, el informador frustrado, se había instalado en Brasilia en el año 2010 y adoptó la identidad de un novicio fallecido cuyos padres habían muerto. Profesores y estudiantes de las universidades a las que recientemente asistió lo han identificado como discípulo. “Esta era una operación a espacioso plazo, a varios abriles apariencia, que llevó mucho tiempo, energía y billete al GRU”, dijo el agente holandés Erik Akerboom al informar del caso. “Demuestra claramente que los rusos están intentando lograr ilegalmente a información en la CPI”.

Imagen de la cabecera del blog sobre política internacional del fallido espía ruso Serguéi Vladimiróvich Cherkásov

Imagen de la almohadón del blog sobre política internacional del fallido informador ruso Serguéi Vladimiróvich Cherkásov

B.N.

Bellingcat , el portal de periodismo de investigación, ha seguido el vestigio de Cherkásov y sostiene que nació en 1985 en Kaliningrado, enclave ruso entre Lituania y Polonia. Entre el 2005 y el 2008 viajó a menudo en tren a Moscú. Usaba el mismo nombre, lo que sugiere que es auténtico y no otra tapadera. El Tarea de Exteriores ruso califica de “bulo” las acusaciones. Siquiera es solo cosa de las novelas o los filmes que, al ser descubierto, se debe desmentir todo.

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