* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
De la Torre dels Pardals (gorriones) de Barcelona, que tuvo una historia impresionante, tan solo ha quedado el nombre de una calle en su honor.
Y es que estaba situada en la coetáneo manzana comprendida entre la avenida Virginal de Montserrat y las calles Mascaró, Siglo XX y Torre dels Pardals. Su puerta principal estuvo situada en el chaflán de la Avenida Virginal de Montserrat y, precisamente, la coetáneo calle Torre dels Pardals.
Había sido construida en la desaparecida hacienda de Mas Roig, que por entonces pertenecía al antiguo municipio de Horta, independiente de Barcelona hasta 1904 y que todavía era conocido como San Juan de Horta, nombre de su iglesia y de su atribución parroquial.
Dibujo de la antigua Torre dels Pardals.
El nombre provenía de la grupo Horta (u Orta), que fue propietaria de aquel condado desde el año 1036 hasta 1260. El municipio creció desde el siglo XIV más o menos del monasterio de San Jerónimo del Valle de Hebrón.
La construcción constaba de planta mengua, un tierra principal y un desván, del que partía una torre que la caracterizaba de las otras masías cercanas. Delante de la masía y antiguamente de lograr a los terrenos de cultivo se encontraba un patio con una era, ya que en la finca, excepto de las viñas, se cultivaban cereales y algarrobos.
La Torre dels Pardals.
El origen de Mas Roig, como todas las masías construidas en aquellas fechas, se remontaba al siglo XVIII, ya que en sus ruinas se encontraron unas termas o baños romanos.
El mas estaba construido con muros gruesos y altos y poseía una torre de vigilancia para poder defenderse de los bandoleros, habituales en aquellas fechas.
Contemplada desde la distancia, la masía daba un aspecto de castillo, rodeado de colinas en las que se cultivaba la vid, hasta la venida en 1881 de la filoxera, que acabó con todos los viñedos y las masías se vieron obligadas a provenir todas las cepas.
Elegante interior de la Torre dels Pardals.
Francesc Carreras i Candi, historiador y político, comentaba que durante la Hostilidades de Sucesión, en junio de 1704, hubo varios enfrentamientos bélicos entre fuerzas borbónicas y austracistas en la que estuvo presente el príncipe Jorge de Darmstadt. Romano Comamala Valls, sacerdote y escritor, afirma en El perfil de una fuego que Felipe V usó la torre como cuartel.
Desideri Díez i Quijano (cronista de Horta), investigador y catedrático de jerga y humanidades catalana, todavía comenta los enfrentamientos en abril de 1714 de las fuerzas borbónicas de James Stuart Fitz. James, duque de Erick, instaló allí una conjunto de diez morteros.
Escalera interior de la Torre dels Pardals en 1918.
Además comentaba que el 2 de septiembre de 1808, la torre estaba ocupada por las milicias francesas y un antepasado de los Milans del Bosch (que mandaron cerrar el Campo de las Corts y que efectuaron el intento de guantazo de Estado) que estaba metido a partisano contra las tropas francesas realizó un ataque en las inmediaciones de la torre.
A finales del siglo XIX, la masía fue adquirida por Josep Maria Valls i Vicenç, perteneciente a una grupo de banqueros, novelista, abogado, directivo de la Cámara de Comercio de Barcelona y concejal del Consistorio de Barcelona. Padre del escritor Magí Valls y del pintor Nolasco Valls, fallecido en 1907.
Panorámica de la Torre dels Pardals.
Con la asesinato de Valls, el edificio fue cedido por los familiares a las monjas cistercienses de Valdoncella para que lo usaran como convento.
Durante la Semana Trágica del 26 de julio al 2 de agosto de 1909, el convento fue incendiado. Murieron algunas de sus monjas. Semidestruído el convento quedó casi desaseado hasta el año 1915, cuando pasó a ser propiedad de Joan Roig i Mallofré, patrón harinero de Reus, que mandó restaurarlo al arquitecto Juan de la Cruz Rubió Bellver, discípulo de Gaudí, para convertir el antiguo edificio en una torre de veraneo.
Anuncio de la traspaso de la Torre dels Pardals.
El contorno, que tenía una superficie de 4 áreas y 35 centiáreas, con la restauración cambió su diseño de una forma espectacular, rodeado de lujosos jardines que cambiaron por completo su presencia.
La remodelación fue tan impactante que consiguió un primer premio, en el concurso anual de edificaciones, otorgado en 1918 por el Consistorio de Barcelona.
Durante la Hostilidades Civil la torre fue confiscada por la CNT, acogiendo la Escuela de la Naturaleza, que dirigía el pedagogo Joan Puig y Elías (presidente de la Escuela Nueva Unificada). El centro tenía una orientación racionalista y estaba subvencionado por el sindicato del textil de la CNT.
La esforzado especulación que sufrió la ciudad finalizada la pugna, propició que la torre fuera derribada entre los abriles 1943 y 1947. En su motivo, en la presente, existe una manzana totalmente edificada.
Publicar un comentario