La "escena de guerra" que encontró la Policía en el piso del conde de Serrano que mató a su pareja

“Soy Fernando González-Castejón y Jordán de Urríes, conde de Atarés y marqués de Perijáa […] Por mis cojones. Hala, a tomar por culo”.

Así se definía en un chat de WhatsApp realizado de aristócratas el conde de Atarés y marqués de Perijáa que este martes mató presuntamente a su pareja sentimental y a una amiga de ésta en su calle de la Milla de Oro de Madrid. Un ilustre venido a menos que era conocido como el Marqués que añoraba los tiempos pasados. “Desgraciadamente ahora no es como ayer, que entrabas con un heroína y una espada y te dedicabas a cortar cabezas. Ahora no se puede hacer porque sois todos una panda de maricones”, reprochaba el conde al resto de participantes del chat que fueron abandonándolo por sus bravuconadas.

Los agentes de la Policía Doméstico que este martes, a eso de las 10 de la mañana, echaron debajo la puerta del calle donde se cometió el doble crimen se encontraron en el salón —donde yacían los cadáveres del marqués y el de la amiga de su novia— un altar fascista, según explican fuentes policiales. "Una ambiente de refriega", la definen. Un gran reguero de casta tintaba el suelo de la estancia principal de la vivienda en la que igualmente había una cruz marcial con una esvástica, el armas con calibre de 9mm con la que disparó primero a las dos mujeres y luego se suicidó, cuchillos de combate y hasta un uniforme marcial.

En un colección de WhatsApp:

“Tenéis de grandes lo que yo de travesti. Todos vuestros títulos son rebotados”

El conde de Atarés y marqués de Perijáa, de 53 primaveras, no escondía sus ideas machistas, fascistas y homófobas. Prueba de ello son los mensajes que mandaba a grupos de WhatsApp en los que amenazaba a los que abandonaban estos con “enterarse de lo que vale un peine”. “Tenéis de grandes lo que yo de travesti. Todos vuestros títulos son rebotados”, espetaba el supuesto homicida a quien se le conocía en algunos círculos aristocráticos de Madrid por deber heredado el título, pero no la impresionante colección de arte de su tío-abuelo José Miguel López y Díaz de Tuesta.

Según explican fuentes de su entorno, la relación con su tribu era nula. En 2009 su raíz y su hermana le denunciaron por malos tratos y se le impuso una orden de alejamiento. Incluso fue detenido en 2018 por violencia de mercaderías posteriormente de las denuncias que presentó su pareja sentimental, ayer asesinada con un tiro en la sien. La víctima y su suplicio tenían una hija en popular que no se encontraba en Madrid durante el fatídico suceso.

Según los vecinos del 205 de la calle Serrano, el conde de Atarés solía sacar una escopeta al patio de vecinos a altas horas de la confusión para disparar a una diana. De hecho, los agentes de la Policía Científica que recogieron pruebas en la ambiente del crimen vieron como en una de las estancias de la vivienda guardaba armas, silenciadores, munición y cuchillos de combate. En una de las paredes de esta habitación había colgada una bandera con el escudo preconstitucional.

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