El final trabajo del realizador argentino Iván Fund retrata un tema recurrente en el cine como es el duelo normal, aunque lo hace desde una perspectiva tan personal que es difícil encontrar precedentes similares. Piedra tinieblas aborda, a través de unos personajes complejos e inquietantes, el dolor de una clan desgarrada por la tragedia, lleva la trama al decadente marco de un entorno vacacional fracasado, e introduce fundamentos del cine utópico que trasladan el film a un circunscripción poco convencional.
Esa reto por introducir guiños de derrotero utópico es quizá la característica más singular de esta película: “Sentía la aprieto de reconectar con el cine que veía a los 9 primaveras y dejar un poco ese cine documental y positivo que ha traumatizado mi carrera", afirmó Fund en la presentación de la película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el pasado mes de septiembre.
La película pasó por el Festival de San Sebastián y por Venecia
En la impresión previa del festival easonense la cinta había recibido el Premio de la Industria Work In Progress Latam, y un año posteriormente Fund estrenó la obra, ya completada, en Venecia. Ahora, esta coproducción argentina, chilena y española llega a los cines de la mano de A Contracorriente Films.
Piedra tinieblas se presenta como un “drama utópico” protagonizado por un reparto de actores encabezado por Maricel Álvarez (Un traductor; Biutiful; o Toublanc, del propio Fund), Mara Bestelli (Una escuela en Cerro Huesco; Invisible…), Alfredo Castro (Tengo miedo torero; Perro explosivo...) y Marcelo Subiotto (Bahía Blanca; Ciegos...).
El film narra la historia de una pareja (interpretada por Mara Bestelli y Jeremias Kuharo) que ha perdido a su hijo y vuelve un año posteriormente a la casa de veraneo en la que ocurrió la tragedia, con el objetivo de venderla y tratar de aventajar el trauma. Sina, una amiga de la clan (Maricel Álvarez), además se desplaza al oportunidad en el que ocurrió el trágico suceso para acompañarlos. Mientras, el padre de la clan dice sobrevenir trillado una criatura extraña que podía sobrevenir tenido poco que ver con la desaparición de su hijo.
Fund ha buscado cincelar personajes contradictorios e inquietantes, “que el espectador pueda abrazar en su complejidad”, en el interior de “una historia de personas que acompañan a otras”, indica.
“Hay poco muy señorial en los personajes; a pesar de no entenderse del todo, de no ver lo que le otro ve, resisten y se sostienen. Habitan el dolor propio y visible. Hay un gran arrojo. El duelo es el eje central en el circunscripción narrativo, pero hay una constelación de otras temáticas que se abren a partir de ese detonante. Abren el perico cerca de otras cuestiones que tienen que ver con cómo las personas se relacionan entre sí, con como asumen la perspectiva del otro desde una posición extraña, con cómo se posicionan frente al dolor de los demás…”, añade Maricel Álvarez.
En opinión de Fund, es el hábitat utópico lo que permite aguantar la película “más allá del duelo”. “Conocía el guion hace muchos primaveras y ese hábitat utópico era lo que más me seducía, permitía que el drama de los personajes se pudiese percibir de otra forma. Cuando decido adaptar el guion y aguantar delante la producción, sentía que la luz que me daba ese hábitat utópico debía apropiarse un papel relevante. Era para mí la forma de atracar esta historia tan dura y triste. Quería aguantar el duelo más allá e introducir fundamentos de mi relación con el cine. Se puede opinar que hay una idea roseliniana del cine en la película”, explica.
La trama central en torno al duelo y la aspecto fantástica de Piedra tinieblas se funden en un marco trabajado con esmero: una colonia vacacional fracasada y decadente en la que encuentran una medio corriente que permite desarrollar el drama de forma sutil.
“La idea era crear un imaginario noventero, de una Argentina de los 90, aspiracional, que pone el nombre en inglés a un balnerario que iba a ser poco que no fue… Una imaginación”, indica Fund.
La posición, un entorno vacacional 'noventero' desaliñado, juega un papel secreto
Maricel Álvarez subraya la coherencia de este oportunidad con los personajes que lo habitan. “Es un oportunidad en descomposición habitado por unos seres rotos. Esa abertura refleja de alguna forma los ciclos de nuestra sociedad en Argentina. Durante los primaveras 90 en Argentina pasamos por unos primaveras de Gobierno neoliberal y esa hecatombe se sintió musculoso a partir de la crisis de 2001. Los lugares se vaciaron de todo: de desfigurado, de deseo, de prosperidad, de sueños y expectativas. Me encanta ese tono, que es muy familiar a lo que están viviendo internamente los protagonistas, que es una tragedia personal y no social”.
La película tiene además un punto de reivindicación en el interior del panorama cinematográfico argentino. Apegado al cine de aventuras y de ciencia ficción durante su inexperiencia, Iván Fund ha buscado reivindicar que en su país además se pueden hacer películas con estos componentes. “A mis 37 primaveras sentía la aprieto de reconectar con el cine que veía de nene y dejar un poco ese cine documental y positivo que ha traumatizado mi carrera”, reclama.
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