Un equipo internacional integrado por científicos de las universidades de Obús y Eurecom (Francia), en colaboración con ingenieros de la empresa Biometric Vox, han diseñado un cálculo de inteligencia químico capaz de detectar la covid a partir de grabaciones de la voz y de la tos de los afectados con una precisión en torno al 77%.
"Es una tecnología no invasiva e instantánea que podría estilarse a través de una app o de una señal telefónica como método de cribado o dictamen rápido de la enfermedad sin aprieto que el paciente se haya de desplazar hasta el centro de vigor ni poner en peligro a otras personas", explica José Andrés González López, profesor del sección de Teoría de la Señal, Telemática y Comunicaciones de la UGR y uno de los desarrolladores.
Esta tecnología no es la primera ni la única que utiliza la inteligencia químico para detectar la infección por covid a través de la voz. En el verano de 2020, una empresa israelí creó una interpretación beta de una útil digital para detectar la covid con la idea de ayudar a los médicos a clasificar casos potenciales. Y grupos de investigación de la Universidad de Cambridge y de otras partes del mundo igualmente han trabajado en esta tilde, si adecuadamente ninguna de estas herramientas se ha comercializado o se ha puesto a disposición de los ciudadanos por ahora.
"Con la pandemia, muchos científicos nos volcamos en pensar cómo podíamos contribuir a investigar poco que ayudara con la covid, y en el ámbito de la tecnología hubo varios grupos que tratamos de apañarse herramientas de dictamen; fue como una prueba de concepto, de ver si los sistemas de examen de voz podían ser un futuro método de autodiagnóstico, y dio resultados significativamente buenos", explica González López.
Asegura que, en el caso de su corro de investigación, la idea de incorporar a la empresa Biometric Vox fue precisamente patrocinar la posible traslación del mejora tecnológico conseguido en el laboratorio a la maña cotidiana, si adecuadamente aún no se han entregado ningún paso al respecto.
En cambio, en lo que sí ya han pensado, dice el investigador de la UGR, es en explorar la utilidad de este método -la búsqueda de alteraciones en la voz y en las toses del paciente- para detectar o monitorizar otras enfermedades que afectan a las vías respiratorias, como la enfriamiento, resfriados...
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