“Ya sabemos que los ucranianos están dispuestos a sucumbir por tener perspectivas europeas. Lo que queremos es que vivan con nosotros el sueño europeo”, proclamó ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras guiar que Ucrania sea considerado candidato a la Unión, el status que Volodímir Zelenski reclamó cuatro días posteriormente de que Rusia comenzara a machacar su país.
“Tenemos un mensaje claro y es que sí, Ucrania merece una perspectiva europea. Y sí, Ucrania debería ser bienvenida como país candidato”, dijo Von der Leyen en una rueda de prensa ala que acudió vestida de azur y amarillo, los colores nacionales del país. Pero, al mismo tiempo, “queda un trabajo importante por hacer”, insistió antaño de detallar las profundas reformas que Bruselas demora del presidente Zelenski.
Aunque la Comisión Europea ha examinado en un tiempo récord la solicitud ucraniana su evaluación positiva, aseguró, no se debe al hecho de que Ucrania esté en combate sino a los “méritos” que ha hecho para acercarse al club. Desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación UE-Ucrania en el 2017, el país ha acogido el 70% del arreos comunitario, destacó Von der Leyen. Incluso Moldavia y Georgia presentaron sendas solicitudes de adhesión a los pocos días de comenzar la combate, pero solo el primero de ellos ha recibido el aval de Bruselas para ser candidato.
No por esperada la recomendación es menos relevante. El naurálgico apoyo expresado el jueves por los líderes de Alemania, Francia e Italia, sin doble sentido alguna, a la candidatura ucraniana le allanará el camino en el Consejo Europeo, la institución donde están representados los gobiernos de los Veintisiete y que debe tomar la valentía final en la cumbre que celebrarán la próxima semana.
El Gobierno holandés cambia de opinión y apoya la propuesta tras el respaldo de Francia, Alemania e Italia
Ayer mismo, el Gobierno holandés dejó a un flanco sus reticencias a difundir el proceso y anunció que el miércoles pedirá permiso a su Parlamento para apoyar la propuesta de la Comisión. La Haya estaba entre las capitales, adjunto con Copenhague y Viena, que se han mostrado muy escépticas –si no directamente contrarias– a la idea de dar esperanzas a los ucranianos respecto a un proceso que se anuncia espacioso, que en mínimo cambiará de inmediato su situación en plena combate y de final incierto. El Gobierno castellano, por su parte, calificó de “positiva” la evaluación de Bruselas pero no aclaró si apoya sus conclusiones.
Las recomendaciones señaladas por la Comisión en su referencia sobre las mejoras que Kyiv debería efectuar para prolongar su status de candidato pueden servir de saco a las condiciones que el Consejo Europeo puede poner para indagar las aspiraciones europeas del país y concederle el ansiado status candidato.
Fuentes comunitarias admiten que este agradecimiento dará al país “un chute pudoroso” muy necesario. Pero, técnicamente, la valentía no tiene consecuencia inmediata alguna, ni supondrá que reciba más fondos europeos ni se palabra todavía de inaugurar negociaciones de adhesión. “Una vez se den las condiciones, tendremos que estudiarlo y valorarlo”, aclaró el comisario de Ampliación y Inmediaciones, Oliver Varhelyi. Como adecuadamente saben los países balcánicos, entre un trámite y otro, pueden transcurrir muchos abriles.
Bruselas ha concluido que Ucrania cumple los criterios políticos y económicos establecidos por la UE para evaluar a posibles candidatos pero recomienda a Kyiv que profundiza en ciertas reformas y aplique las recientemente aprobadas. A pesar de la combate, se pueden hacer cosas, sostienen los técnicos comunitarios. “Ya tienen el entorno reglamentario para tener una compañía pública moderna pero todavía no se está aplicando plenamente”, dice el referencia sobre Ucrania, uno de los países con viejo índice de corrupción del mundo.
Aunque el Consejo asuma la propuesta de Von der Leyen, el inicio de negociaciones de adhesión está acullá
Bruselas pide aplicar las leyes para despolitizar el elección de jueces y fiscales, poner en marcha el nuevo organismo anticorrupción y aplicar la ley para ceñir el poder de los oligarcas, adicionalmente de aprobar la estatuto sobre protección de minorías. “El futuro de Ucrania está en sus manos”, concluyó Von der Leyen, que recordó que este es un proceso reversible: si Kyiv da marcha detrás, la UE podría cambiar de opinión. Desde Moscú, el presidente Putin acusó a la UE de “manipular” a Ucrania y acusó al club de estar sometido a los deseos de los americanos.
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