En cuestión de meses, Netflix ha pasado de ser la plataforma de streaming de narración a tener serios problemas para retener a sus suscriptores más de un mes. Ahora la pregunta es: ¿A qué se debe esta fuga masiva de abonados? La sinceridad es que podría acontecer varias razones. Podría deberse a la subida de precio de las tarifas, a una competencia cada vez más potente o al maniquí de negocio fast-food que prioriza satisfacer de novedades el catálogo que la calidad de los mismos. O quizás es un mix de todo. Lo cierto es que la compañía ha puesto el foco en el posterior punto, lo que explicaría por qué ya no estrena todos los capítulos de una serie a la vez.
Si por una cosa se caracteriza Netflix es por abrir de contrariedad las temporadas enteras. El maniquí que ha llevado a la plataforma al liderato y que hasta ahora le había funcionado muy proporcionadamente. Sin bloqueo, el mercado cambia y este sistema está empezando a mostrar los primeros síntomas de agotamiento. Y es que si en una semana puedes ver una entrega entera de una serie, ¿qué sentido tiene estar suscrito más tiempo si siquiera te convencen el resto de series y películas que te ofrece la plataforma? Es por eso que Netflix está empezando a racionalizar sus contenidos.
Mal cantidad
Los clientes de Netflix se dan más de quebranto en el primer mes que los del resto de sus rivales
La compañía anunció hace unas semanas la pérdida de 200.000 clientes durante el primer trimestre de este año. Pero lo peor está aún por alcanzar, ya que estima perder otros dos millones más en los próximos meses. Los resultados han llevado a una gran caída en el precio de sus acciones y en una lucha interna para encontrar las razones que han llevado a la plataforma a esta situación.
Netflix "incendio" en torno a de 17 mil millones de dólares al año en producir contenido innovador, pero los datos muestran que los suscriptores de la plataforma tienen más probabilidades de desamparar el servicio en el primer mes que el resto de competidores. Así lo demuestra Antenna, un servicio de investigación que rastrea el desembolso de los consumidores en servicios de suscripción.
El documentación de Antenna muestra que a finales de abril, el 23% de los estadounidenses que se suscribieron a Netflix habían dejado el servicio en un mes, lo que se traduce a más cancelaciones que cualquier otro competidor, ya sea HBO Max, Disney+ o Apple TV+. De hecho, hasta hace unos meses, estos tres servicios solían registrar más abandonos tempranos que la N, pero la situación ha cambiado completamente.
A copioso
Más contenidos, menos calidad
Netflix fue una de las pioneras en el sector del streaming. Hace unos primaveras, era la más competente a nivel de precios y de contenidos. Tenías las mejores películas y las mejores series, adicionalmente de una producción propia muy potente. Sin bloqueo, el éxito no dura para siempre y en los últimos primaveras han llegado nuevas plataformas dispuestas a quitarle el trono a Netflix.
La organización de la compañía de Reed Hastings se ha basado en el principio de "más es mejor aunque sea peor". Netflix se ha centrado en la creación de mucho contenido pasando por parada la calidad del mismo. ¿Resultado? Disney +, Hulu, HBO Max y Apple TV le superan en la calidad de los contenidos.
En zona de situar por menos series y más memorables, Netflix se ha decantado por el cuerpo y crear series y documentales a destajo. Esta organización hace que la calidad se resienta y acabe siendo más difícil convencer a la multitud de que se quede. Disney+ o HBO Max tienen catálogos mucho más competitivos, con todos los títulos de Marvel y Star Wars e incluso grandes estrenos como Dune y The Batman, así como serie de televisión históricas ideales para nostálgicos de los noventa: Friends, The Office, entre otras.
Cambio de rumbo
Su organización de estrenos ya muestra los primeros síntomas de agotamiento
Otro de los motivos que ha llevado a Netflix al estancamiento es su organización en los estrenos: temporadas enteras desde el primer día. Si en una semana puedes ver una entrega entera de una serie, ¿qué sentido tiene estar suscrito más tiempo si siquiera te convencen el resto de series y películas que te ofrece la plataforma?
En este sentido, parece que está retrocediendo intencionalmente. Lo hemos gastado en series como La Casa de Papel, que dividió la última temporada en dos partes, o recientemente en Stranger Things: los primeros siete episodios salieron el 27 de mayo, pero los dos últimos no saldrán hasta este viernes 1 de julio. En cambio, en el caso de algunos programas de parada perfil, como Peaky Blinders, ha audaz la temporada de contrariedad.
Dos alzas
La subida de precios no ayuda
Al inicio del esplendor de las plataformas de streaming, Netflix tenía los precios más competentes del mercado. Sin bloqueo, con los primaveras, ha ido incrementando sus tarifas hasta un 50%, y eso no ha gustado a los abonados, por lo que muchos se han transmitido de quebranto. El plan premium (resolución 4K y cuatro pantallas) ha pasado de costar en Estados Unidos 12 dólares en 2016 a los 20 actuales, un 67% más. En España, la tarifa unificado ha pasado de 11,99 euros mensuales a 12,99 euros. En el caso de la tarifa premium, la tarifa ha pasado de 15,99 euros mensuales a 17,99 euros.
Delante esta situación, Netflix ya avanzó que está estudiando la posibilidad de ofrecer un maniquí de suscripción con anuncios a cambio de un precio más bajo. Este maniquí de suscripción se conoce como Advertising-based Video on Demand o AVoD, por sus siglas en inglés. La traducción en castellano sería: publicidad de videos bajo demanda. Es una organización con la que las plataformas generan ingresos a través de los anuncios dirigidos a sus usuarios. En este tipo de tarifas se suele respaldar una cuota escasa o directamente carencia, como es el caso de YouTube o Spotify.
A pesar de todo, Netflix todavía tiene unos 220 millones de suscriptores, mucho más que cualquier competidor. La tasa de renuncia sigue siendo mejor que cualquier otro servicio. La pregunta es, ¿hasta cuándo?
Publicar un comentario