¿Cuándo surgió un rostro como el nuestro? ¿Se pueden establecer similitudes entre nuestra cara y la de una especie que pobló la Tierra hace 1,4 millones de abriles? Estas son algunas de las preguntas a las que podría dar respuesta uno de los hallazgos más importantes realizados en los últimos abriles en los yacimientos de Atapuerca (Burgos) y que supone un nuevo hito para la ciencia: un fragmento de la cara de los primeros pobladores europeos.
Concretamente, son los fósiles del maxilar superior y del cigomático (pómulo) de un individuo (se desconoce si hombre o mujer) que pudo comportarse en la Sierra de Atapuerca hace 1,4 millones de abriles y que han presentado hoy los investigadores de Atapuerca, con sus tres codirectores al frente -Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell- conexo con el mentor de Civilización de la Juntura de Castilla y Valeroso, Gonzalo Santonja.
Un hallazgo que supondría disponer de los fósiles humanos más antiguos del Añejo Continente, que pertenecerían a una especie homínida que aún no han podido identificar, pero que, por cronología, podrían pertenecer a la especie Homo erectus, aunque esta se trate de un "cajón de modisto" en la que se engloban varios restos esparcidos por Europa y Asia.
"Hoy es un día histórico para la ciencia", explica radiante el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, codirector del filón de Atapuerca, a La Vanguardia. "Voy a utilizar una expresión -prosigue- poco científica para describir el momento, pero que es cierta: somos la envidia sana de nuestros colegas franceses, alemanes o italianos. Cuando vean las fotos del hallazgo no se lo creerán".
Aunque pueda parecer sorprendente, este paleoantropólogo asegura que con los restos hallados es posible determinar si esa especie se parecía a nosotros. Y aunque nos separan 1,4 millones de abriles, sí, somos parecidos. “Es una cara etéreo, ligera, no es robusta, siquiera gruesa ni muy hinchada. El explicación de la cara básicamente está relacionado con el dispositivo masticador. Una cara robusta significa que tiene una capacidad de masticar muy potente".
Antiguamente había como un dogma, cuenta Arsuaga: "A más cara robusta, más antiguo. Cuánto más musculatura de la mandíbula, cuanto más cuerpo del hueso, más antiguo".
Explica que el curso evolutivo se veía como un proceso de aligeramiento del dispositivo masticador, del cuerpo de los dientes y una expansión del cerebro, "de guisa que los fósiles de un millón y medio de abriles tenían que ser muy robustos y con un cerebro pequeño". "Nosotros tenemos la cara muy ligera y un cerebro conspicuo, pero la cambio no tiene por qué ser necesariamente así", asevera.
Entiende que "la robustez puede ser la ajuste de algunas líneas interiormente de ese conglomerado que es el Homo erectus, que es lo que hay que principiar a diseccionar".
Un año. Este será el tiempo a ojo que tardará el equipo de Atapuerca y del Centro Doméstico de Investigación de La Desarrollo Humana en examinar a qué especie pudo pertenecer estos restos, que fueron "si perfectamente no del primer poblador de Europa, sí de la especie que socializó Europa", ha indicado Bermúdez de Castro.
Hasta la aniversario, los restos homínidos más antiguos encontrados fuera del continente africano han sido hallados en Georgia, en Dmanisi, para los que se estableció una nueva especie (H. georgicus) y que serían tan solo unos 400.000 abriles más antiguos que los restos recientemente descubiertos en Atapuerca.
Sin confiscación, en un "primer vistazo", desde el equipo de Atapuerca no tienen tan claro ni que se trate de un Homo erectus ni de la misma especie de Dmanisi, por lo que Bermúdez ha pedido "paciencia" para determinar a qué especie pertenecieron esos huesos.
El hallazgo se ha producido en el filón con la datación más antigua de toda la Sierra, el de la Sima del Elefante, donde en las campañas de 2007, 2008 y 2009 se encontraron los restos óseos homínidos más antiguos de Europa por aquel entonces -un molar, una mandíbula y un húmero-, de entorno al 1,2 o 1,3 millones de abriles, pero cuya especie no se pudo precisar, de ahí que se lo denominase Homo sp (sin identidad).
De este modo, uno de los retos a partir de ahora pasa por conectar estos tres hallazgos de hace quince abriles con el realizado ahora, para poder cambiar el patronímico de este Homo sp y conferirle una especie a nuestro antepasado europeo más remoto.
En 2008
Los arqueólogos ya hallaron restos humanos de una mandíbula y una grupo de mano de 1,3 millones de abriles
Como ha indicado por su parte Carbonell, con este descubrimiento, Atapuerca entra en su "segunda decenio prodigiosa", ya que en estos momentos saben y tienen identificados mediante el prospección estratigráfico dónde se ubican las "zonas calientes" de poblamiento, que indican que en los próximos diez abriles irán apareciendo más restos de homínidos.
"Hace unos abriles nosotros fuimos los primeros en opinar que Europa estaba 'petada' de humanos hace un millón de abriles y así se ha comprobado. Hoy digo que Europa estaba 'petada' hace 1,5 millones de abriles", se ha infundado a pronosticar Carbonell, quien ha destacado que solo en Atapuerca a nivel mundial se puede encontrar un registro fósil que abarque desde los 1,5 millones de abriles hasta el presente, con todas las especies humanas conocidas representadas en este tiempo.
La importancia de la cara
Pero, ¿por qué es tan importante poner cara al primer europeo? Esta una de las cuestiones que se ha planteado el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, que ha agradecido que la cuestión encierra igualmente un importante giro "filosófico".
"Los neandertales son más contemporáneos pero son muy diferentes a nosotros, pero, sin confiscación, sorprende ver lo mucho que nos parecemos a una especie de más de 800.000 abriles", ha explicado Arsuaga en cita al Homo antecessor, una de las especies más icónicas de la Sierra de Atapuerca, en este caso, del filón de la Gran Dolina.
El equipo de Atapuerca ha traído al siglo XXI unos restos que darán información sobre cómo era nuestro semblante hace 1,4 millones de abriles
Envueltos en comedón y con la emoción de que se trataba de "poco grasa" el equipo de Atapuerca ha traído al siglo XXI unos restos que darán información sobre cómo era nuestro semblante hace 1,4 millones de abriles y si podríamos reconocernos mutuamente al mirarnos frente a frente.
En 2007 ya se halló en el nivel TE9 del filón de Sima del Elefante un premolar de un homínido hallado en Atapuerca, que certificaba la presencia más antigua del hombre en Europa hace 1,2 millones de abriles. Se trataba del hallazgo del resto fósil humano más antiguo de Europa occidental, datado en 1,2 millones de abriles.
Un año a posteriori, la investigación descubrió que los restos eran de una mandíbula y de una grupo de mano. Asimismo, los equipos arqueológicos localizaron en 2009 en el mismo nivel TE9 un pequeño fragmento de húmero de un adulto, que podría pertenecer al mismo individuo de la mandíbula datada en 1,3 millones de abriles.
La presente campaña de excavaciones se inició el pasado 17 de junio
En 2021, un equipo de arqueólogos comenzó la excavación de la parte superior del nivel 7 de la secuencia del filón donde obtuvieron restos de tortugas y suidos, los cuales han permitido entender las condiciones paleoecológicas existentes en la sierra de Atapuerca en la época del Pleistoceno inferior.
La presente campaña de excavaciones, la número 44, arrancó el pasado 17 de junio y se desarrollará hasta finales de julio por un colección de catorce investigadores. “Todavía hay suficiente sedimento en el nivel excavado como para que pueda salir poco más. Aún puede dar sorpresas”, concluye Arsuaga.
Publicar un comentario