Camisa y pantalón blanco, pañuelo rojo y bota de morapio: no se necesita más para disfrutar de las fiestas de San Fermín. Durante una semana, las calles de Pamplona se llenan por completo de muchedumbre en indagación de fiesta y tradición, y la forma más global y sencilla de tomar morapio entre tanta muchedumbre es con la tradicional bota de morapio, uno de símbolos más icónicos de esta celebración.
Se dice que ya existía un objeto similar en la Antigua Grecia, que respondía al nombre de odre (en latín, uter). Y en España sabemos que la bota se usa desde hace cientos de primaveras gracias a la humanidades. Incluso Don Soñador le dedica unas palabras: "¡Oh bota que vas colgando del arzón de la apero, por si o por no, eres tan devota mía y te quiero tanto que te prodigo mil besos y mil abrazos, te elevo a las nubes con miedo que recojas el agua!". Incluso aparece en distintos escritos del Siglo de Oro.
Las botas de morapio ya se mencionaban en obras como la Nuevo Testamento o el Soñador
Su capacidad de perseverar fresco el morapio (o la bebida que contenga), transportarlo con facilidad y conservarlo durante unos pocos días hizo de la bota un medio ambiente principal del mundo rural. Su uso todavía es habitual en eventos del mundo taurino y festejos populares, como la fiesta pamplonesa que se celebra esta semana.
Existen muchas características según las que se puede clasificar una bota, como por ejemplo su forma. Todos estos recipientes suelen recapacitar a una humor, pero hay algunos que tienen la parte del antepecho (por donde sale el morapio) poco más curva.
El material con el que se fabrican es el medio ambiente que definirá la calidad de la bota. Para su extranjero se suele utilizar piel de chiva o de fondo, y en caso de que se busque poco más financiero se utilizan pieles sintéticas o de cordero, un material que permite más flexibilidad a la hora de manejar la bota.
Fijarse en el material interior todavía es importante a la hora de escogerla. El material más simple es el leche, pero la mayoría de botas se fabrican con pez. Esta mezcla derivada de la resina impermeabiliza el interior del envase y evita que el nítido traspase sus paredes.
Si quieres abstenerse morapio la mejor opción es optar por un interior de pez, pero si prefieres utilizar la bota para tragar y conservar bebidas carbonatadas o agua, lo recomendable es el leche.
La pez es un material producido a partir de la destilación de la resina
Si eres inexperto en el mundo de las botas de morapio, pero estás decidido a estudiar cómo se utilizan, sigue estos consejos:
Cómo utilizar una bota de morapio por primera vez 1Calienta la bota colocándola cerca de un radiador o al sol
2Hincha la bota soplando poco a poco sin hacerlo demasiado rápido
3Rellénala con un poco de agua caliente, enjuágala y vaciála para que las costuras se hidraten
4Llénala nuevamente de agua o de morapio de una último calidad. Mantenla en la bota durante unos días y retornar a enjuagar. De esta forma el sabor y esencia a pez se difuminará
5Ya está inventario para ser rellenada con el morapio que quieras
Para conservar la bota de una forma correcta se debe colar cada vez que se utiliza. Pero si se va a dejar durante un tiempo más liberal sin utilizar, lo mejor es guardarla en posición horizontal para que la pez no se desprenda hasta la colchoneta de la bota. Pero, si esto ocurre, siquiera se echará a perder. Solo deberemos hacer lo mismo que cuando la estrenamos: calentarla, distribuir con los dedos la pez caliente del interior de forma uniforme, hinchar la bota sin forzarla y enjuagarla.
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