Si te dicen que sin fotónica no estarías leyendo esto en la pantalla de tu dispositivo puede que pienses que es una broma. Pero cero más remotamente de la ingenuidad. La fotónica nos rodea. Lluis Torner, fundador del Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), lo resume así: “Internet actualmente funciona porque hay cables de fibra óptica que cubren todo el planeta y transmiten los datos a través de fotones, es proponer, de luz. A ti como favorecido, no te importa que eso sea fotónica o no, pero sin la fotónica, Internet masiva, tal como la tenemos, no existiría”, explica.
La cortaplumas suiza tecnológica
Pero esta disciplina no solo hace posible conectarnos a la Red, adivinar el publicación, examinar las redes sociales y advenir un rato escuchando Spotify. La Comisión Europea calcula que cerca de un 30% de la hacienda del Añoso Continente depende de alguna guisa de la fotónica. Porque esta ciencia encargada de poner los fotones a nuestro servicio es poco así como una cortaplumas suiza tecnológica con infinitas aplicaciones.
Para aparecer, los fotones naturales del sol generan energía fotovoltaica, para entendernos, la electricidad con placas solares, una de las energías sostenibles del futuro. Además hay fotones artificiales, basados en luz láser, que se usan para centenares de aplicaciones industriales y médicas. Son los que hacen posible que paguemos pasando el código de barras por un leyente láser, elaborar máquinas de corte y cirugía ultraprecisas o apoyar el trabajo de los médicos mediante el dictamen por la imagen.
Estas son algunas de sus aplicaciones a día de hoy, pero los ingenieros y físicos que trabajan mano a mano con la fotónica tienen claro que el futuro se escribe con F de fotónica. Y la búsqueda de fuentes de energía para frenar el cambio climático, igualmente. “La energía solar aún tiene mucho trayecto por delante en términos de ganar sistemas distintos y más eficientes”, recalca Torner. Y apunta algunas ideas que podrían aparecer en los próximos abriles: placas solares para coches eléctricos, dispositivos que puedan colocarse sobre los cristales…
Luis Torner 
La mala informe es que en España adoptamos los nuevos desarrollos en fotónica como espectadores, pero escasamente los fabricamos. Esto podría cambiar en los próximos abriles, gracias a empresas spin-off creadas en centros de investigación para dar cancha a los fotones. “El liza es conseguir que estas empresas de ‘tecnologías profundas’ (las ‘deep tech’, en inglés) crezcan musculoso igualmente en nuestro país”, concluye Torner.
Bienvenidos a la medicina del futuro
Cuando la fotónica ha empezado a sumar músculo a la bioingeniería (la capacidad de construir cosas a partir de instrumentos biológicos), la medicina en todas sus vertientes ha cubo un brinco cuantitativo. Josep Samitier, director del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y profesor en la aquiescencia de Física de la Universidad de Barcelona, resalta que “poder estimular los materiales con luz y tener una mejor resolución para ver cosas a escalera muy pequeña, como los nanomateriales, ha permitido aclarar un abano de opciones en medicina. Ahora podemos elaborar nuevos fármacos estimulados con luz o invertir nuevos biomateriales polimerizados”.
Estudio de la luz
Por ponerlo en román paladino, regenerar un víscera, imprimir piel humana en 3D (imaginemos su resonancia en una dispositivo de quemados) o sugerir una terapia personalizada ya no son cosas de ciencia ficción. Está pasando en la medicina corriente. “Podemos advenir de trabajar de forma estadística, es proponer, este fármaco o esta terapia va correctamente para un cierto porcentaje población, a combinar dictamen con terapia precisando qué es lo más adecuado para un paciente específico”, recalca Samitier.
Si hasta ahora, por decirlo de forma coloquial, solo era posible matar moscas a cañonazos, las nuevas tecnologías ponen en manos de investigadores y profesionales de la medicina herramientas para crear terapias a la medida de cada paciente. De esta forma, se atajan sus síntomas concretos y se minimizan en lo posible los mercadería secundarios. Ya no solo hablamos de vitalidad, sino de calidad de vida del paciente, asiduamente olvidada en aras de la curación.
Contar con microscopios de resolución increíble basados en la fotónica ha hecho posible, entre otros, curiosear adentro de las células, avanzar en el genoma humano, conocer mejor el funcionamiento de las proteínas a nivel de ADN, entrar adentro del cerebro con resonancias magnéticas nucleares… Cuando los científicos son capaces de conocer cómo se las ingenia un patógeno adentro de nuestro organismo, o cómo se desencadena y avanza una enfermedad autoinmune, es más dócil crear un fármaco o una terapia.
“La luz, las nanopartículas y todas las nuevas tecnologías nos van a permitir avanzar mucho en la vitalidad. No solo la humana, sino la vitalidad planetaria. No podemos perder de traza la interacción de la especie humana con otras especies, y, en común, con todo el medio circunstancia”, concluye Samitier.
Tratamientos más precisos y menos agresivos
“Cualquier innovación en vitalidad es provechosa”, destaca Manel Peiró, profesor y director del Institute for Healthcare Management de Esade. Las nuevas tecnologías no son ni mucho menos baratas, pero se traducen en mejoras diagnósticas y mejor pronóstico de curación, menos incomodidad para el paciente y un trabajo mucho más válido de todo el personal retrete. “Nos permiten nutrir un nivel de calidad de la ofrecimiento de vitalidad, porque al final esto sí que es un sitio por el que pasamos todos”, apunta.
Si miramos en las tripas de un hospital, allí donde se cuecen los tratamientos punteros, encontramos escenarios dignos de una nave de Star Trek. La fotónica y el dictamen por la imagen se cruza con otras grandes corrientes tecnológicas aplicadas a las terapias sanitarias, como la inteligencia fabricado, el Internet de las Cosas, el blockchain, la mobile health, el Big Data… “La inteligencia fabricado, por ejemplo, está transformando determinadas especialidades que tienen que ver con la imagen en organismo patológica y oncología. Todas las tecnologías sirven para apoyar a otras”, recalca Peiró.
Manel Peiró 
En muchas ocasiones, los nuevos avances tecnológicos no sustituyen a los existentes, sino que los complementan. Será el médico quien determine qué prueba diagnóstica es más adecuada para cada caso. “Funcionan como las capas de una cebolla, acumulándose una debajo de la otra. El ejemplo más representativo es la resonancia magnética. No ha eliminado ni ecografías, ni los TACs, ni las radiografías”, apunta Peiró.
Tener tecnologías tan precisas y tan nuevas implica un sobreesfuerzo de enseñanza para todos los profesionales sanitarios. Ya no hilván con asimilar de vitalidad, tienen que manejar con soltura todas estas herramientas y someterse a una puesta al día constante para dar el mejor servicio posible a los pacientes. Estos avances llegan acordado a posteriori de una pandemia en la que los profesionales de la vitalidad han trabajado al 200% y que ha evidenciado las costuras de nuestro sistema divulgado de vitalidad.
“Nuestro sistema retrete va a tener que meter más posibles para incorporar los nuevos avances tecnológicos. Además para formar a profesionales de la medicina y dispensario cualificados, que será el próximo cuello de botella”, advierte Peiró. “Vamos alrededor de un atmósfera con una población cada vez más envejecida y con más enfermedades crónicas, que son las que más posibles consumen. Es la tormenta perfecta”.
Hace ya más de un siglo, el escritor y filósofo gachupin Miguel de Unamuno exclamaba su célebre ‘Que inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones’. Y esa ha sido la tónica que ha comandado la investigación en España, escasa y con pocos posibles. La pandemia ha puesto de manifiesto la penuria de contar con tecnologías punteras hechas aquí y no obedecer de terceros países. "La excelencia de un sistema retrete viene determinado por su capacidad de incorporar las innovaciones y la investigación a su ingenuidad", apunta Peiró.
Pero igualmente de investigar. "En España se produce la paradoja de que el sector privado es el viejo financiador de toda la investigación y de todas las innovaciones que se producen en España. No estoy diciendo que haya que privatizar el sistema divulgado de vitalidad, ni muchísimo menos, pero la colaboración entre la inversión pública y privada tendría que ser mucho más sólida", añade Peiró.
Su aplicación al sector retrete permite afinar el dictamen por la imagen haciendo posible, entre otros, ver adentro de las células y desarrollar fármacos tratados con luz, pero la fotónica va mucho más allá, y los sectores donde aplicarla son casi ilimitados.
Las neveras nos hablan, los vehículos se conducen solos, las ciudades tienen en cuenta las emociones de los ciudadanos en su planificación urbanística... Todo esto es gracias a la tecnología que avanza de forma irrefrenable. Pero... ¿Estamos efectivamente preparados para la revolución tecnológica?Science4Business
Esade y La Vanguardia presentan ‘Science4Business', un espacio en el que dan voz a expertos y líderes de diversos sectores para luchar y analizar las novedades y conceptos que van a marcar la hoja de ruta tecnológica y digital en los próximos abriles. Esta serie de contenidos debe servir no solo para resolver dudas esencia, igualmente -y sobre todo- para empoderar al ciudadano con el objetivo de que nadie se quede a espaldas.
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