Los contrarios a la independencia de Catalunya son claramente mayoritarios y, en cambio y en consecuencia, los partidarios de la cisma van a la descenso, según el posterior CEO. Y a cada barómetro, esta tendencia consolidada desde 2019 se ensancha. Tanto que la indagación publicada este jueves muestra a la vez dígito más stop registrado por el CEO desde 2015 para el no (52%) y el más bajo para el sí (41%). Y con 11 puntos de distancia, la diferencia más alto contabilizada en siete abriles.
Los contrarios a la independencia suben un 4% en comparación a la preparatorio ola del CEO, en abril. Del 48 a un 52% que supone la número más inscripción registrada –solo en los veranos de 2015 y 2020 había ajustado el 50%–.
En cambio, los partidarios de la independencia caen tres puntos, del 44 al 41%, en estos tres meses. En junio de 2017, puntual antaño del apogeo del proceso soberanista, con un otoño con referéndum, manifiesto particular y detenciones, ya se situó en este 41%, pero a partir de octubre se disparó durante dos abriles con cifras siempre próximas al 50%.
En cuanto a la pregunta sobre la preferencia del encaje de Catalunya con el resto de España, donde el encuestado tiene cuatro opciones, un 34% aboga por un Estado independiente, mientras que un 30% desafío por seguir siendo una autonomía. Los partidarios del federalismo se sitúan en un 22%, y los que quieren que Catalunya sea "una región de España" representan el 8%. La serie de esta pregunta muestra una relativa estabilidad desde el verano de 2019, con un pueril repunte de las opciones autonomistas y regionalistas.
Donde coinciden partidarios y contrarios a la independencia es en aplaudir la vía de la negociación. El 70% de los que votarían sí a la independencia y un 80% de los que votarían que no piensan que debe poseer una vía dialogada para resolver el conflicto. Un confirmación para una negociación que se retomó este miércoles con el tercer altercado de la mesa de diálogo entre representantes de la Moncloa y la Generalitat.
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