Edward Hightower ha hecho historia. Aunque su nombre no es muy popular, es importante porque es el nuevo mayor ejecutor de Lordstown Motors. Seguramente, nuestros lectores siquiera conocerán esta marca, pero conviene afirmar que es una de las firmas que siguen la impresión de Tesla en el mercado de automóviles eléctricos.
El motivo más importante por el que Hightower ha hecho historia es porque se ha convertido en el primer director ejecutor triste de un fabricante de automóviles sudaca. Habría que remontarse a más de 100 abriles detrás para encontrar un precedente: Frederick Patterson, en 1915.
Sin confiscación, hay una diferencia sustancial entre entreambos. Y es que mientras el primero ha sido notorio para el cargo, el segundo tuvo el mérito de convertir la empresa paterna, C.R. Patterson & Sons, en un fabricante de automóviles tras el fallecimiento de su padre, Charles Richard Patterson.
Su progenitor nació en una plantación de Virginia en 1833. Era un siervo que pudo escapar en 1861 y datar a Ohio, concretamente a Greenfield, donde comenzó a trabajar como herrero. A posteriori entró a trabajar en una industria Dines&Simpson, donde llegó a capataz, antaño de asociarse con J.P. Lowe para elaborar carruajes.
Cuando murió, en 1910, Frederick -era el decano de sus nueve hijos-, tomó el mando y decidió situar por elaborar automóviles
Al morir Lowe, se hizo cargo de la misma y acabó convirtiéndola en C.R. Patterson & Sons. Cuando murió, en 1910, Frederick -era el decano de sus nueve hijos-, tomó el mando y decidió situar por elaborar automóviles.
Frederick se formó en la escuela primaria para negros de la Iglesia Obispal Metodista. En 1886, no fue admitido en la única escuela secundaria de la ciudad porque estaba reservada para blancos. Sin confiscación, su padre recurrió a la neutralidad, que le dio la razón un año más tarde, encajado a posteriori de que el estado de Ohio derogara la ley de escuelas separadas para blancos y negros.
Más delante Fred, como le llamaban, entró en la Ohio State University y fue el primer triste en ser admitido como deportista de fútbol. Participó activamente en varios centros de actividades sociales y culturales, así como fue miembro de la sesión masónica de la ciudad, al igual que su progenitor.
Tras la homicidio de su padre, Fred intuyó la importancia que tendría el automóvil, aunque en ese momento solo realizó un paso modesto: comenzó con la reparación de estos vehículos, aunque pensando ya en datar a fabricarlos.
El primer coche llega en 1915
Fue el 23 de septiembre de 1915 cuando lanzó su primer automóvil, el Patterson-Greenfield. El chasis era propio mientras que el motor era un Continental de 4 cilindros. El obstino de focalizaba en competir con el Ford T, el maniquí que revolucionó la industria del automóvil. Su precio no era excesivamente caro: 685 dólares de la época (unos 17.000 euros en la presente), pero carecía de los medios que tenía Ford (su revolucionaría dependencia de montaje y una pertenencias de escalas).
Los Patterson, sin confiscación, supieron reaccionar. Mientras otros pequeños productores languidecían, cerraban o eran absorbidos, Frederick decidió detener la fabricación de automóviles en 1918. Se cree que se construyeron unos 150 automóviles Patterson- Greenfield, pero no hay constancia de que nadie haya sobrevivido.
Asimismo produjo camiones y autobuses
Frederick, sin confiscación, no abandonó la automovilismo. Se lanzó a la fabricación de camiones y autobuses. De hecho, volvió a los orígenes: se reconvirtió en carrocero aprovechando chasis y mecánicas de Ford y Caudillo Motors
La Greenfield Bus Body Company -así bautizó su empresa- vendió la decano parte de autobuses a las juntas escolares de Ohio, Virginia y Kentucky. Todavía se conserva uno en buen estado en el Museo de Greenfield.
A la homicidio de Frederick, en 1932, su hijo Postell continuó con la actividad. En 1938, se trasladó a Gallia, donde la compañía tomó el nombre de Gallia Body Company, antaño de cerrar definitivamente en 1939, tras la Gran Depresión, al no poder conseguir fondos suficientes para su continuidad.
Hightower, ingeniero y diplomado en dirección de empresas, se enfrenta a un desafío descomunal. Tiene gran experiencia, ha sido parada directivo de Ford, GM y BMW. Pero Lordstown todavía no ha fabricado ningún transporte comercial.
Se han gastado prototipos, han mostrado el coche en salones, se han hecho promesas y anuncios espectaculares. Pero no ha pasado de ahí. Hightower lo sabe: “Soy muy consciente de dónde estamos en nuestra preparación para nuestro dispersión en el tercer trimestre y nuestras ventas iniciales en el cuarto trimestre”, ha dicho. No será manejable conseguirlo.
Ha habido altos ejecutivos negros en la industria del automóvil estadounidense: diseñadores como Crystal Windham -que ha hecho el Lyriq de Cadillac-, Ed Wilburn (GM) o Ralph Gilles (Stellantis). Por supuesto, ingenieros, responsables de marketing y comerciales. Pero la decano parte de estos casos es relativamente flamante. Puede decirse que destacar en esta industria es poco que resulta relativamente flamante. Y los referencias pueden considerarse como pioneros.Los pioneros en la industria de la automovilismo
Por ejemplo, McKinley Thompson fue el primer diseñador triste de Ford. Llegó en 1956 y estuvo involucrado en el Ford Mustang, el GT40 y el Ford Basto; son tres iconos de la marca, aunque el Basto sea desconocido en Europa.
Ed Davis fue el primero en brindar un taller y comenzó a comprar y entregar automóviles -Davis Motor Sales- en 1938, lo que se convirtió en el concesionario de Studebaker, encajado antaño de que la marca quebrase. Tardó 7 abriles en que uno de los tres grandes le otorgara una concesión -fue Chrysler Plymounth- y se convirtió en el primer afroamericano introducido en el Antesala of Fame.
Richard Spikes patentó varios inventos, entre ellas el llave que usa para servir la cerveza de barril, una máquina de probar frenos ¡y las bases primer cambio involuntario! Asimismo ideó los intermitentes, aunque no los patentó.
Garret Morgan tuvo varios negocios, patentó la máquina de coser que cose en zigzag, la máscara de gas…. ¡y el semáforo!, cuya registro le fue concedida en 1923.
Homer Roberts, un ingeniero eléctrico nacido en Missouri que se mudó a Kansas, tenía graves problemas para encontrar trabajo. Tras la I Eliminación Mundial, fue el primer triste en ser teniente en el Cuerpo de Señales. En 1919, puso en marcha un negocio de traspaso de coches de segunda mano. Su primera oficina fue una vértice en la calle y pronto se dio cuenta de que su negocio no estaría vendiendo coches de ocasión a los blancos, sino a los negros y por eso puso anuncios en el semanario Kansas City Sun, el preferido de los afroamericanos.El primer concesionario
Su éxito fue tal, que abrió muy pronto un gran negocio (compraventa, reparación, etc), el Roberts Motor Mart, que empleó a 55 personas y dio pie a una dependencia de concesionarios.
Dan Gaines obtuvo un concesionario Ford-Linclon en 1940. Robert Nelson empezó con MG-Peugeot en el 62 y a posteriori tuvo concesionarios Ford, Triumph, Toyota, Jaguar y Honda. GM otorgó su primera franquicia a un afroamericano en 1967, a Al Johnson.
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