El PP lo tiene claro. Aunque no será oficial hasta la reverso del verano, los populares valencianos ya saben quiénes serán sus candidatos a alcaldes en València y Alicante; dos piezas claves en el tablero autonómico pues uno de cada cinco votos se produce en las dos ciudades más pobladas de la autonomía.
En el PP lo tienen decidido y creen que un buen resultado de María José Catalá en el Consistorio de València -ya hay encuestas que le dan la vara de mando- puede ser el reconocimiento definitivo a Carlos Mazón en su carrera por arrebatar la Generalitat Valenciana a Ximo Puig.
Municipales
En el PP creen que un buen resultado de Catalá en València puede ser el reconocimiento definitivo para Carlos Mazón
Omitido sorpresa, en esta ocasión, municipales y autonómicas irán de la mano y lo que suceda en Alicante y Valencia puede ser determinante por el impacto remolque. En 2019, la suma del censo de ambas ciudades superó los 820.000 electores, el 22,42% de todo el censo de ciudadanos con derecho a voto a las elecciones a la Presidencia de la Generalitat Valenciana.
La desafío del PP por Catalá en València -a quién Mazón ha cubo plenos poderes- es más que evidente. La dirigente simultanea, no sin dificultad, los cargos de portavoz en el consistorio del cap i casal y de síndica en las Corts Valencianes lo que amplifica su discurso y su presencia en los medios de comunicación.
Organización
La multiplicidad de cargos de Catalá le ayuda a amplificar su discurso y Barcala goza de la confianza absoluta de Mazón
Igualmente la desafío porque Luis Barcala opte a la reelección en Alicante está, al menos de momento, fuera de toda duda. Primero, porque él se encargó de prescindir en su serie de concejales con peso político. De hecho, el concejal más activo y más reconocible, Adrián Santos, de Urbanística, pertenece a Ciudadanos, aunque “formado” en Nuevas Generaciones. Pero, sobre todo, Barcala, más prudente que avaricioso, evita cometer errores y parece cómodo en la sombra, cediendo todos los focos e incluso el protagonismo en proyectos políticamente "jugosos", como el Palacio de Congresos, a su valedor, Carlos Mazón, asimismo concejal, y con mando en plaza, de Alicante.
Y todo ello frente a las importantes dudas de la izquierda en las dos principales plazas de la región. Ayer, el corregidor de València, Joan Ribó (Compromís), insistía en que decidirá si se presenta a un tercer mandato tras el verano. El mandatario de Compromís, que se ha trillado obligado a dar un paso delante como referente de la coalición tras la salida forzosa de Mónica Oltra apuntaba que está irresoluto “de una prueba de tipo físico” para atreverse su opta a o no a la reelección.
Más claro está en el PSPV con la audacia de continuar con Sandra Gómez, aunque algunas filtraciones periodísticas en Madrid con la ministra de Ciencia, Diana Morant, de por medio o los movimientos en la Delegación del Gobierno no ayudan a apuntalar la figura de la portavoz socialista; y es que hay voces en el partido que creen que Gómez no es el perfil más idóneo.
Siquiera lo creen los socialistas de Miguel Millana, nuevo portavoz en Alicante, que a pesar de su nueva responsabilidad y de ser secretario regional del partido, carece del tiempo y el discurso necesarios para salir del anonimato. Se da por hecho que habrá candidata. Suenan Ana Barceló y Josefina Bueno, la primera con el stop nivel de registro que le otorga acaecer sido consellera de Sanidad durante la pandemia y la segunda con mayores lazos en la ciudad y entregada desde la conselleria de Innovación, que tiene sede en Alicante, a "traicionar" la encargo del Consell de Ximo Puig.
Pero apunten otro nombre para completar la terna: Trini Amorós, concejal y portavoz adjunta del clan en este mandato, de incuestionable perfil "alcaldable" -ya lo fue de Guadalest- más novato que las anteriores pero con mucha experiencia política, y muy conocida en la ciudad -importante cuando el tiempo apremia- desde que en 1991 fuera elegida Bellea del Foc.
Publicar un comentario