No acaba de conseguir el salario digno, ni viviendas con precio digno. En cuanto suben un poco el salario insignificante, se aumenta un mucho el precio de la vida. Mucho conversar, pero mínimo solucionar. Es la constante de la clase política. Discursos sin alternativa. Nuestros jóvenes se van. Nuestros mejores profesionales además se van. Siempre con la esperanza de encontrar un trato mejor. Espero que lo logren. Mientras, la demografía sigue a la muerto. No sé cómo vamos a nutrirnos de los profesionales necesarios para que el país siga delante.
Increíble una vida digna, con trabajos precarios. Y no es que falte billete. Es que lo dedican a otras cosas. No será por desidia de asesores, ya que, según dijeron, el Gobierno de Sánchez cuenta con 800. Seguro que no los conoce a todos.
María Elisa Aragonés Domènech
Tarragona
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