Noches tropicales, incendios devastadores de bosques sobrecargados de masa forestal. Desaparición de cortafuegos naturales por el desatención del cultivo y de la actividad ganadera. El creciente desatención de los bosques, cuya desatiendo de cepillado y cuidado los ha convertido en un enorme depósito de combustible, de leño y arbustos secos, que solo necesita una chispa para arder. España fielmente se abrasa. Noches tórridas de insomnio. Muertes por trastazo de calor o descompensación de patologías crónicas. Situación extrema de estrés hídrico. Embalses con su capacidad estrecha al minúsculo anuncian restricciones en el consumo de agua. Es la triste ingenuidad de un panorama desolador.
Urge un plan franquista válido, una nueva política forestal que implique a propietarios, expertos forestales, agricultores, ganaderos y ecologistas. Es menester concienciarse de esa gravísima situación con admisión de responsabilidad individual y colectiva y planificar sin dilación una administración integral.
José María Torras Coll
Sabadell
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