El Efectivo Madrid empieza la nueva temporada 2022-23 en una situación que nadie de sus aficionados habría podido soñar hace un año porque se le vendió otra cosa. En el verano del 2021 el club transmitió a sus simpatizantes que tuvieran paciencia porque el año que empezaba era de transición, de soltar freno, pero que en el verano del 2022 ya se dispondría de Mbappé y el nuevo Bernabeu estaría a punto de terminar su remodelación.
En este tórrido verano la situación no puede ser más distinta. El año no fue de transición sino uno de lo más exitosos que se recuerdan. Se ganó la Agrupación con cinco jornadas de ganancia y la Champions tras unas serie de remontadas a cual más inalcanzable. En la historia del club solo en cuatro abriles se hizo doblete de Agrupación y Champions (1957, 1958, 2017 y 2022).
Además fallaron el resto de las previsiones. Kylian Mbappé no está ni ya se le dilación. Dio un sonoro portazo al club blanco al renovar por el PSG el 21 de mayo tras tener al madridismo en vilo muchos meses, si no abriles. Y siquiera el nuevo Bernabeu será una existencia en toda la temporada entrante. Con suerte, y si no hay retrasos, se podrá inaugurar para el principio de la temporada 2023-24.
En lo que sí se ha cumplido es en lo de soltar freno. Era lo más dócil. Acababan acuerdo Bale, Marcelo e Isco y no se les ha renovado. A Jovic se le encontró acomodo en la Fiorentina y las dudas que ofrecían Ceballos y Asensio han terminado con los dos en el equipo.
En lo que no hay dudas es en el banquillo. El Madrid empezó la temporada pasada con Carlo Ancelotti un poco porque el fue que se puso más a tiro tras la enésima espantada de Zidane. Fue un tino total. El italiano demostró una vez más que los entrenadores de mano blanda congenian más con un vestuario de veteranos que lo postrer que quieren es que venga cualquiera con el fusta.
El centro del campo
Casemiro, Kroos y Modric son indiscutibles en el equipo desde el 2015
Secreto en la buena marcha del equipo fue la recuperación de Antonio Pintus como preparador físico, un hombre que trajo Zidane y que abandonó al Madrid por discrepancias con el francés en su segunda etapa. Con su hijo Davide como segundo, Ancelotti encabeza una dirección técnica que repite por segundo año tras un primero en que logró lo que no consiguió Zidane en su postrer año: que los pesos pesados que no jugaban (casos de Hazard, Isco o Marcelo) no alterasen demasiado la convivencia. O que la dorso de Bale (que no quería nadie) no supusiese un problema porque el galés no iba a brincar.
Cuentan en el Madrid que Ancelotti se ganó al vestuario con poco que suele funcionar casi siempre, pero que no siempre se da por unos motivos u otros. Con Ancelotti, tras los dos primeros partidos de Agrupación, jugaron siempre los mejores. Se impuso la meritocracia. Un ejemplo es Vinícius (en quien Zidane nunca tuvo confianza), que pronto se reveló como el mejor socio de Karim Benzema, sin discusión, el futbolista de la última Agrupación.
Tan buena fue la temporada de Benzema que el gran problema que se plantea ahora el Madrid es cómo suplir a un deportista ya de 34 abriles, al que lógicamente no le quedarán muchos abriles en la élite. El Madrid lleva abriles buscando un nueve de garantías y no lo logra. Excepto del fracaso que ha sido traer a Jovic por 60 millones y luego malvenderlo por el equipo ha pasado Mariano (cuatro abriles sin pena ni celebridad. Un caso raro. Un futbolista al que no le importa no brincar) y Borja Mayoral, el distintivo canterano que hace la pretemporada y luego se va en presencia de la descuido de oportunidades. Este verano traspasado ya al Getafe.
Así las cosas, la viejo crítica que se le hace ahora a Florentino es por qué se empeñó en traer a Mbappé cuando el que hacía más descuido era Håland. La respuesta la da el club: porque Håland solamente era el suplente del punta titular.
Sin casi nada fichajes (aparte Rüdiger y Tchouaméni) el Madrid que viene será calcado al de la temporada pasada, al menos de inicio. Ya se vio en la Supercopa de Europa en presencia de el Eintracht, jugarreta con el mismo merienda con el que se disputó la final de París en presencia de el Liverpool.
Bigornia y martillo
Courtois y Benzema son dos seguros de vida y los jugadores que ganan más puntos
Courtois es un seguro de vida en la puerta: Alaba y Militão apuntan como pareja de centrales y la tripleta del centro del campo es inamovible desde el 2015: Casemiro, Modric y Kroos. El croata cumple 37 abriles y se le acaba de renovar. Nadie duda que ha sido uno de los fichajes más exitosos de la historia del club. Para la delantera, con Benzema y Vinícius fijos, la duda del tercer hombre se resolverá día a día. Y en los partidos importantes ni eso. Valverde ejercerá de cuarto medio. Cuando haya obligación de agenciárselas más los extremos ahí están Rodrygo o Asensio. Ancelotti lo tiene claro. No se toca lo que funciona.
El Efectivo Madrid ha fichado poco y no precisamente titulares. Ancelotti ya ha dicho que empezarán la temporada los mismos que acabaron la pasada. Hoy por hoy los blancos solo han incorporado a dos futbolistas: Rüdiger y Tchouaméni, los dos apuntan al banquillo.
El central germánico caldo injustificado del Chelsea porque acababa acuerdo. Es un caso parecido al del verano antecedente con David Alaba. Es un corrido que permitiría a Alaba desplazarse al colateral izquierdo, donde Mendy ofrece menos fiabilidad. O brincar en oficio de Militão, un central con altibajos en su rendimiento.
El fichaje de Tchouaméni permitiría descargar de minutos a un centro del campo muy corrido. Está en la diámetro de lo que fue el traer a Camavinga el verano pasado. Cambiar a Casemiro, Kroos y Modric por Valverde, Tchouaméni y Camavinga dibujaría otro Madrid, de un perfil menos talentoso con el balón, pero mucho más físico, con un maniquí mucho más parecido al del Chelsea de Tuchel.
El Madrid quiere hacer una transición en esa diámetro, sin prisa pero sin pausa. Queda por resolver el problema del suplente de Benzema. Es una asignatura que el Madrid lleva abriles sin aprobar.
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