Las moléculas ácidas que la piel segrega explican por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras, según una de la Universidad Rockefeller de Nueva York que se presenta hoy en la revista Cell. La secreto está en los ácidos carboxílicos, un amplio camarilla de moléculas que cada persona segrega en composiciones y cantidades diferentes.
Los resultados del trabajo, según los investigadores, pueden ser efectos para diseñar repelentes de insectos más efectivos y achicar el impacto de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue y la malaria.
La investigación puede suministrar el mejora de mejores repelentes de insectos
Investigaciones anteriores han comprobado que no todo el mundo es igual de rico para los mosquitos. Los factores que aumentan la probabilidad de que una persona atraiga mosquitos incluyen estar en estado de buena esperanza, tener malaria o tener tomado cerveza poco antaño (los datos sobre la relación entre picaduras de mosquito y consumo de cerveza se encuentran en este estudio de la Universidad de Toyama en Japón y este otro del consorcio de investigación francés CNRS).
Cuantos más ácidos carboxílicos se segregan, más se atrae a los mosquitos
Asimismo, se ha observado que los mosquitos se sienten atraídos por cuerpos que emiten calor y dióxido de carbono, dos señales que delatan a los mamíferos a los que van a picar. Sin incautación, los olores concretos de la piel de una persona que atraen a los mosquitos no se habían identificado.
En la nueva investigación, se ha pedido a 64 voluntarios que llevaran medias de nylon en los antebrazos para atrapar las moléculas que se desprenden la piel. A lo dilatado de los más de tres abriles que ha durado el tesina, se han realizado más de 2.300 tests con mosquitos. Cada test consistía en dar a varios mosquitos la oportunidad de nominar entre las medias impregnadas del olor de dos voluntarios y ver cuál preferían.
Se manejo de un camarilla amplio y diverso de moléculas abundantes en la naturaleza; solo algunas de ellas atraen a los mosquitos
Los experimentos han mostrado que “algunas personas son ‘imanes de mosquitos’”, escriben los autores de la investigación en Cell. Si pueden nominar, los mosquitos se dirigen invariablemente en torno a las medias impregnadas con su olor.
Otras personas, por el contrario, resultan muy poco atractivas para los mosquitos. Los insectos solo se dirigen en torno a las medias con el olor de estas personas cuando no perciben ningún otro olor humano cerca.
Las enfermedades transmitidas por mosquitos incluyen la malaria, el dengue y la fiebre amarilla
Esto explica el aberración global de que, en una clan o en un camarilla de amigos, unas personas sean acribilladas mientras otras quedan indemnes.
La investigación ha comprobado que el decano o pequeño atractivo de cada persona para los mosquitos se mantiene a lo dilatado del tiempo. Cuando se han cliché los experimentos un año más tarde, y se ha pedido a los voluntarios que volvieran a ponerse medias en los antebrazos para impregnarlas con su olor, los mosquitos han mostrado preferencia por las mismas personas.
El equipo de la Universidad Rockefeller ha analizado las moléculas atrapadas en las medias de nylon con espectrometría de masas. Ha descubierto así que, cuantos más ácidos carboxílicos se desprenden de la piel de una persona, más atrae a los mosquitos.
La investigación ha durado más de tres abriles, durante los que se han realizado más de 2.300 tests con mosquitos
“Nuestros resultados implican que se podría achicar el atractivo de las personas para los mosquitos con cremas para la piel que reduzcan los ácidos carboxílicos o que afecten a las bacterias cutáneas que producen olores corporales”, declara por correo electrónico Leslie Vosshall, directora de la investigación. Pero “no nos consta que ninguna empresa esté desarrollando productos en esta radio”.
No todos los ácidos carboxílicos son igualmente atractivos para los mosquitos, ya que se manejo de un camarilla copioso y diverso de moléculas que incluye desde los aminoácidos que forman las proteínas del cuerpo humano hasta el vinagre (o ácido acético) o los ácidos grasos de los alimentos (como los omega-3 del pescado). Los investigadores han identificado tres ácidos carboxílicos concretos que resultan irresistibles para los mosquitos (concretamente, los ácidos pentadecanoico, heptadecanoico y nonadecanoico), pero señalan que hay otros muchos que aún no han podido identificar.
El ácido láctico, que se encuentra en muy pequeña cantidad en el sudor, es otro ácido carboxílico que atrae a los mosquitos. Pero mosquitos modificados genéticamente para no poder percibir el ácido láctico asimismo se dirigen en torno a medias de nylon impregnadas con otros ácidos carboxílicos, lo que indica que los insectos no se guían por un único olor sino por una mezcla de olores, informa Ellen de Obaldia, primera autora de la investigación.
El trabajo se ha realizado con mosquitos de la especie Aedes aegypti, que transmiten virus como los de la fiebre amarilla, el dengue, el zika y el chikungunya, y que pertenecen al mismo clase que los mosquitos tigre (Aedes albopictus). “Hay investigaciones con mosquitos de la malaria de la especie Anopheles gambiae que muestran que asimismo les atraen los ácidos carboxílicos de prisión larga”, declara Leslie Vosshall. “Parece probable que nuestros resultados se puedan descontextualizar a otras especies de mosquitos que pican a personas”.
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