La delegación española hizo historia ayer en el Mundial de Halifax de piragüismo al liderar el medallero del campeonato con cuatro medallas de oro para un total de ocho en el universal, un resultado que alivio sobremanera lo conseguido en el preliminar campeonato celebrado en Copenhague en el 2021, en el que consiguieron tres preseas.
En la última viaje la destino fue el gallego Carlos Arévalo, que se proclamó campeón del mundo en el K-1 200 y sumó así su segundo oro tras el conseguido el día preliminar con el K-4 500 contiguo a Saúl Craviotto, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. El de Betanzos dominó la prueba con claridad y venció al que era dominador de la prueba en las últimas competiciones, el húngaro Kolos Csizmadia, que acabó tercero. El piragüista castellano marcó un tiempo de 36,43s, por delante del sueco Petter Menning, que entró a 28 centésimas. “Ha sido una carrera muy buena, la regata perfecta. La remate del pastel. Es una satisfacción enorme posteriormente de ofrecer tantas cosas. La vida da muchas vueltas, de suceder de estar fuera del equipo doméstico a ser campeón del mundo”, dijo el doble oro en Halifax.
Además brilló con luz propia María Corbera
Además brilló con luz propia María Corbera, que logró la gesta de sumar dos medallas en un día. La madrileña se colgó la medalla de plata en el C-1 200 y la de bronce en el C-1 5000.
Luego llegó el turno para el C-4 500, formado por Joan
Bronceado, Pablo Graña, Manuel Fontán y Adrián Sieiro, que aprovecharon la desaparición de Alemania para imponerse por delante de los polacos y los ucranianos y firmar así el cuarto oro de la exitosa delegación española. El colofón al campeonato lo puso Paco Cubelos con un bronce en la última prueba que se disputó, el K-1 5000.
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