Los concursos de televisión, encima de ser una forma de entretenimiento para los espectadores, conectan con el notorio porque se identifican con sus concursantes. Estos, completamente anónimos, suelen desahogarse de par en par y explicar qué los ha llevado hasta allí. Hay historias completamente sorprendentes, como la de Astrid, una venezolana que aparecía este jueves en La Ruleta de la Suerte de Antena 3.
La historia de superación de esta chavea maniquí, participante del certamen Miss Venezuela 2001 y que tuvo que ahuecarse a España con su hija hace cuatro abriles, ha sido muy aplaudida por los espectadores. “De la corona a la fregona”, decía orgullosa.
Como cada día, Jorge Fernández presenta a cada uno de los nuevos concursantes de La Ruleta de la Suerte de Antena 3 para familiarizar a los espectadores. En este caso, el nuevo rostro era el de Astrid, una mujer venezolana, de raíces españolas, que hace cuatro abriles “le toco ahuecarse a España con una pupila pequeña”, aunque ahora tiene ya catorce abriles.
En cuanto a su carrera profesional, Astrid explicaba que le ha tocado ser “polifacética”, porque encima de ser diseñadora gráfica publicitaria, asimismo se dedica al mundo de la estética facial, “pero en mi pasado fui maniquí durante muchísimos abriles”.
Asimismo, la mujer reveló que participó en el certamen de Miss Venezuela en la impresión de 2001, “y de la corona me toco venir España a la fregona, pero con mucho orgullo”, aseguraba Astrid con entusiasmo. Unas palabras que han arrancado los aplausos y los vítores del notorio asistente al plató de Antena 3.
“Me encanta la frase”, dijo Jorge Fernández tras el impactante titular. La concursante prosiguió con su historia asegurando que “en el primer mundo, el país de las oportunidades, me tocó dejarlo todo y iniciar de cero. Y estoy súperfeliz de las oportunidades que me han entregado en España.
Por otra parte de esta aplaudida historia de superación por parte de la venezolana, Astrid asimismo señaló que el motivo de su décimo en La Ruleta no es otro que retornar a conseguir un trabajo como maniquí o actriz. “Estoy aquí para ver si cualquiera me ve”, bromeaba Astrid. El motivo de querer retomar esta superficie es porque “aparqué mis sueños para criar a mi hija y darle una mejor vida aquí en España”.
Por otra parte, en el caso de ingresar hacienda en el concurso, su único objetivo es “pagarle el boleto a mi causa para que venga. Nulo más”. Superiora e hija no se han gastado desde que Astrid se marchó de Venezuela hace ya cuatro abriles.
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