Nuevo traspiés en el futuro de uno de los hoteles más emblemáticos de Barcelona, el Juan Carlos I, a la entrada de la Diagonal y propiedad de la tribu actual saudí Ben Nasser. El Consistorio de la ciudad ha comunicado a los representantes de los trabajadores que no será posible ampliar 50 abriles el uso hotelero de los terrenos donde se ubica el edificio al no alcanzar un acuerdo los acreedores, la propiedad y el consistorio. Esta era una de las vías que el Consistorio y los propietarios del hotel habían sección para liberar el Juan Carlos I de la hendedura, y con ello, preservar el empleo de sus 500 trabajadores, hoy en ERTE. El hotel, inaugurado para las Olimpiadas del 92, está en pre concurso de acreedores con una deuda de unos 70 millones de euros.
Fuentes del consistorio consultadas explican a este diario que una de las condiciones "imprescindibles" para ampliar la concesión de los terrenos era un pacto de acreedores. "No se han puesto de acuerdo y esto lo ha hecho inviable; ahora pediremos el reinicio inmediato de la actividad", han precisado dichas fuentes.
Futuro de la plantilla
Los 500 trabajadores temen por sus empleos
El verano pasado el Consistorio anunció que sacaría a concurso los abriles que quedan de concesión -acaba en el 2040-, yuxtapuesto con una nueva cesión de los terrenos que ocupa por otros 50 abriles. De esta forma se ganaría tiempo y futuro. Y es que los terrenos sobre los que se levanta el engorroso hotelero, de cinco estrellas y más de 400 habitaciones, son propiedad del Consistorio de la ciudad y la concesión expira adentro de 18 abriles. Prorrogarla allanaría una posible cesión, ya que los nuevos propietarios necesitarían tiempo para recuperar la inversión y obtener rentabilidad de la eventual operación. Lo mismo si, finalmente, los actuales propietarios decidiesen proseguir el hotel.
Esta situación ha puesto en alerta máxima a los trabajadores, que han convocado una concentración mañana delante del despacho de abogados Cuatrecasas, que, según explican los representantes sindicales, asesora a los propietarios en la cesión del hotel. Los empleados llevan más de dos abriles en ERTE y, a día de hoy, su futuro es incierto.
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