Hay películas que sacan el flanco más tirano de los críticos. Por ejemplo: Aguas profundas, de Adrian Lyne. “Es el equivalente cinematográfico a esperar que se haga una tostada y darte cuenta luego de que no has encendido el tostador”, dijo el estadounidense Matt Pais. “La peor película que he trillado en mucho tiempo. La historia nunca progresa y te mantiene esperando un culminación que nunca llega”, se escribió además. Incluso quienes dejaban medio proporcionadamente el filme en el que se enamoraron Ben Affleck y Ana de Armas, estrenado el pasado marzo, lo hacían con algún caveat importante del tipo: “con todo lo gótica, hortera y telenovelera que es la película, al final quieres memorizar quien apetencia”.
El fresco filme de Lyne 'Aguas profundas', con Ben Affleck y Ana de Armas, pretendía revitalizar el existencias amatorio, pero ha resultado un fracaso
La película de Lyne, basada en la novelística de Patricia Highsmith sobre un desposorio adinerado que se tortura a pesar de su arreglo semipoliamoroso, tiene, en huella, muchos momentos risibles –Variety los ordenó en un artículo, minuto a minuto– pero su principal pecado es el de estar fuera de onda, en completa desatiendo de sintonía con su época.
Lyne llevaba vigésimo primaveras sin dirigir ninguna película, desde Infiel y en esas dos décadas que se ha pasado viviendo en Francia e intentando sacar delante películas que no fructificaron, el existencias que le hizo insigne y le pagó su casa de la Provenza, el thriller amatorio, pasó de ser parecido de cine comercial para adultos a convertirse en un chiste.

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Ambiente de la pellícula 'Aguas profundas' de Lyne, con sus actores principales Ben Affleck y Ana
de Armas
Hubo un tiempo en que Lyne dominó la taquilla y la conversación cultural con Espectáculo lamentable, Nueve semanas y media y Una proposición indecente. Este año, su Aguas profundas se vio directamente en una plataforma (Hulu) en Estados Unidos tras retrasarse dos veces su estreno en cines, que nunca llegó, y se recibió como lo que es, una reliquia de otra era.
Antaño de tratar de examinar quién mató al thriller amatorio quizá habría que asomar por entender por qué triunfó. “Hubo un tiempo en que si querías sexo en las películas tenías que ponerte ropa. Tenías que encontrar una sala que diera películas para adultos y sentarte en la oscuridad con un montón de extraños. Era la época de Gañote profunda. Pero en los ochenta, se inventó el vídeo doméstico (…). Mi teoría es que Hollywood tenía que seguir llevando familia al cine. Así que pensaron: tomemos el sexo e inventémonos todo un argumento cerca de. Y lo convirtieron en un existencias. El existencias terminó llamándose thriller amatorio . Y en él, hombres y mujeres practican sexo y el sexo es la cosa que pone la historia en marcha”. El crítico cultural Wesley Morris resume así en el podcast Still Processing, de The New York Times, el inicio de ese tipo de películas que arrancan en 1980 con American Gigolo y prácticamente dejan de reinar en taquilla con la arribada del nuevo milenio.
'Espectáculo lamentable', la película de Adrian Lyne, marcó el pico de la tendencia, pero ha envejecido mal
El pico de la tendencia seguramente hay que situarlo en 1987, el año en el que Adrian Lyne estrenó Espectáculo lamentable, una de las películas de los ochenta que peor ha resistido el paso del tiempo por sus clichés de existencias y el filme que instauró la idea de Michael Douglas como leading man enfermo de sexo, por exceso o por defecto. Cinco primaveras más tarde el existencias llegó a su período barroca, la que anticipaba el ocaso: en 1992 se estrenó Instinto central, pero además La mano que mece la cuna y Mujer blanca soltera rebusca.

Una número de la película 'Espectáculo lamentable', con Glenn Close y Michael Douglas
La historiadora del cine Karina Longworth acaba de ocuparse toda una temporada de su podcast You Must Remember This al erotismo en el cine de los 80 y en otoño seguirá con otra temporada dedicada a los 90. Allí tiene espacio y fortuna para analizar el engendro en toda su magnitud, desde el neo-noir de El cartero siempre lumbre dos veces –es interesante contrastar las versiones de los primaveras 40 y los 80 de un mismo trama para entender cómo había cambiado lo que se consideraba sexy en pantalla– hasta la influencia de la citación estética MTV en películas como Flashdance y Risky Business.
Hollywood pensó: tomemos el sexo e inventemos un argumento cerca de. Y se convirtió en un existencias
El sistema de clasificación de películas por edades, que se introdujo en Estados Unidos a finales de los setenta, además fue esencia en la definición de la estética del thriller amatorio. El propio Adrian Lyne era un experto en hacer creer al espectador que estaba viendo una cosa mucho más gráfica y calenturienta de lo que en efectividad estaba viendo, gracias a esas coreografías pseudoeróticas (ver el hilo de Nueve semanas y media) que le permitían esquivar la clasificación X y caer en la más segura “no apta para menores de 17”: las películas que escogían las parejas de entre 18 y 70 primaveras cuando iban al cine los viernes antiguamente de que se considerase natural que esa demografía viera películas de superhéroes y de elfos pagando y sin estar obligados por sus hijos menores.
Erotismo siglo XXI
“¡Nadie folla!”, se quejaba el cineasta Steven Soderbergh de las películas que él incluye en el existencias “del universo de fantasía-espectáculo”. Y esa es una conversación habitual, la modo en la que el sexo ha desaparecido de las pantallas y se ha refugiado, si fortuna, en series como Euphoria y Pam & Tommy. Hay una gran excepción a esa regla: la trilogía 50 sombras de Conjunto . Menos de una plazo luego de su estreno, todos los implicados reniegan de ella como el producto entre kitsch y tóxico que es, una inventiva sexual paradójicamente hiperpuritana.

Fotograma del tráiler de la película '50 sombras de Conjunto'
Pasado con luceros del 2022, el thriller erótico como existencias genera cierta nostalgia –“fue muy excitante ver una película protagonizada por dos adultos que tienen vidas sexuales”, dijo Longworth en una entrevista, una de las pocas voces disidentes en torno a Aguas profundas, que cualquier día se revisitará como clásico de culto– pero a la vez su jaleado retorno presenta muchas dificultades. Para asomar, de contenido. La mujer un poco psicótica que utiliza el sexo para su propio beneficio, la hervidora de conejos, como quedó tipificada Glenn Close luego de Espectáculo lamentable por la número en la que su personaje, Alex, mete en una olla a la mascota de la hija de su enamorado, presenta lógicas dificultades de realismo para varias generaciones alfabetizadas en el feminismo pop de la cuarta ola.
El sistema de clasificación de películas por edades fue esencia en la definición de la estética del thriller amatorio
Las plataformas, en las que (casi) todo junto a y que aman un contenido con inspección de marca están haciendo algunas tentativas para resucitar el existencias. Paramount + prepara una nueva lectura de American Gigolo y otra de Espectáculo lamentable, con Joshua Jackson y Lizzy Caplan. La serie empezará donde acababa la película, con el personaje de Alex, la destrozahogares, muerta. Y según la productora que ha impulsado la idea, Nicole Clemens, estará contada desde la “examen femenina”. Quién sabe si se hervirán mascotas, por aquello de la nostalgia.
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