A partir del pasado 20 de mayo, Barcelona cuenta con un nuevo espacio donde arte, ciencia y tecnología se unen para ofrecer una visión a 360 grados de la ciudad. De hecho, el Mirador de la Torre Glòries tiene la pretensión de construir un registro de todas las actividades ciudadanas, ofreciendo una visión en tiempo positivo de los procesos que se articulan en el ecosistema urbano. Una ecografía analítica de Barcelona que, sin confiscación, se diluye en una entorno poética y tecnológica.
El nuevo espacio de la Torre Glòries fusiona el placer de mirar Barcelona desde en lo alto con el descubrimiento cultural y comprobado
El plan nace en 2017 por iniciativa de Merlin Properties, propietario de la Torre Glòries, quien encargó a Mediapro Exhibitions que desarrollara un mirador capaz de desplegar a la ciudadanía el alegórico edificio diseñado por los arquitectos Jean Nouvel y Fermín Vázquez e inaugurado en el 2005. José Luis de Vicente, comisario de la exposición, así presenta el proceso de ideación del espacio: “No queríamos solo un mirador que generara postales, nuestro objetivo era redefinir qué quiere opinar mirar, aportando una visión más amplia y que reflejara igualmente los procesos de transformación en un momento en el que estamos desarrollando una nueva percepción y relación con las ciudades”.
El nuevo infraestructura cultural de Barcelona se compone de dos almas diferentes: el mirador propiamente dicho en la cúpula del edificio y el Hipermirador en la planta -1, “un observatorio de observatorios que combina el rigor comprobado con una visión estética muy potente”, explica de Vicente.
La ciudad condal en detalle
Prólogo, Barceloneses, Atmósferas, Ritmos y Sirena son las cincos construcciones que componen la exposición cultural
El delirio comienza una vez surcado el relicario extranjero a la Torre, situado en la avenida Diagonal, 211. De ahí se desestimación al ‘mirador sin ventanas’, donde empieza un reconvención por el organismo urbano, interiormente de la que podría definirse como una central para el monitoreo de las constantes vitales de la ciudad. La exposición se articula en torno a de cinco instalaciones inmersivas: Prólogo, Barceloneses, Atmósferas, Ritmos y Sirena.
Tras una primera periodo donde aparecen breves clips de diferentes textos relacionados con Barcelona, se desembarca en la sección Barceloneses. “Los humanos no son los únicos habitantes de la ciudad. En este sentido, la pandemia nos ha aportado una nueva sensibilidad sobre lo que pasa a nivel microscópico. Encima, todas las muchas formas de convivencia se hicieron palpables al recuperar espacios que normalmente estaban escondidos por debajo de la frenética actividad humana”, argumenta de Vicente.
Atmósferas es una experiencia audiovisual para observar el Gloria, el derrota, el mar y los sonidos que componen Barcelona
Así que esta parada es el homenaje a todos los vecinos no humanos de la ciudad condal: 132 figuras de papel plegado realizadas por el actor Joan Sallas, expuestas en vitrinas suspendidas y que, en unos casos, se acompañan de pantallas con diferentes poemas visuales. La instalación es muy evocadora y captura la atención de los visitantes, sobre todo los más pequeños, fascinados por las ligeras reproducciones de erizos, hongos, nenúfares, plátanos de sombra, anguilas, posidonias. Pero igualmente ratas, cucarachas, medusas, jabalíes y gaviotas, porque en la ciudad vivimos todos, entre convivencia y fricción.
Especialmente espectacular es la representación aparente del derrota que se manifiesta en la enorme pantalla de 108 m2, una danza hipnótica parecida a la que protagonizan las sábanas que ondean en los interiores de manzana del Eixample. En este sábana digital se desarrolla toda la instalación Atmósferas, realizada por el estudio Rare Volume de Nueva York, una experiencia audiovisual dividida en cuatro piezas que permiten verificar el Gloria, el derrota, el mar y los sonidos de Barcelona.
Un escáner de la ciudad
La pantalla Ritmos permite explorar Barcelona a partir de la contaminación, las redes de personas y el intercambio digital de informaciones
Con cierta aflicción, podemos extasiar cómo se presentaría la esfera celeste sin la contaminación lumínica: llena de estrellas, satélites e incluso aviones, y cómo, desgraciadamente, aparece en efectividad. Del mismo modo se aprecian el aumento de temperatura, acidificación, afectación en microorganismos en las aguas de la ciudad, así como la actividad de los barcos en la costa. Todo ocurre en tiempo positivo, gracias a la elaboración algorítmica de los datos proporcionados por varios sensores colocados en diferentes puntos de la ciudad, combinados con la información ofrecida por las fuentes abiertas de los institutos científicos.
Ritmos es otra gran pantalla holográfica, donde aparecen los múltiples procesos metabólicos de Barcelona. Un efectivo chequeo médico del organismo urbano organizado según tres bloques: Flujo, Pulso y Vibraciones. El primero muestra los fundamentos contaminantes que flotan sobre la ciudad y la función de climatización que ejercen los árboles. Aquí es inapelable empatizar con un escaso platanero puesto en el cruce entre las calles Valencia y Cartagena. Pulso traza un reconvención entre la red de personas, el transporte de mercancías, las infraestructuras y el suspensión consumo de combustible diario.
Las figuras de papel plegado son un homenaje a todos los barceloneses no humanos de la ciudad condal
Finalmente, Vibraciones es la nueva dimensión de la actividad humana. Como oportunamente intuyó el escritor Alessandro Baricco en su memoria The Game, hoy todos tenemos dos corazones que laten a la vez, el físico y el digital. La red ha duplicado el mundo a escalera 1:1 y si queremos monitorear el estado de sanidad de un ecosistema urbano debemos cronometrar los parámetros vitales de ambas dimensiones. Por consiguiente, la instalación muestra el paisaje urbano electromagnético y los intercambios de información digital que se mantienen a todas horas, con la aparición en tiempo positivo de los tuits geolocalizados en Barcelona.
Sirena es la instalación acústica que compone la cuadrilla sonora de la ciudad y acompaña durante todo el reconvención. Se prostitución de un composición de música generativa creada, interpretada y musicada por Maria Arnal y John Talabot, dos de los músicos con más proyección de la número musical barcelonesa. La acorde escudriñamiento pistas e introduce variaciones según el comportamiento de la ciudad, lo cual influye en su mejora en torno a de una partitura fija. Desde el punto de panorámica técnico todo funciona gracias a un operación que recoge varios parámetros y los combina recreando cada día la sinfonía de Barcelona.
Una visual única e imperdible
El Mirador torre Glòries está libre todos los días con precios especiales para niños y residentes
Terminada la invitado al Hipermirador se asciende a la cúpula de la torre a través de un montacargas del que se puede apreciar el movimiento y la presteza, y que, en pocos segundos, deja al visitante en la planta número 30, a los 125 metros del mirador propiamente dicho, donde se abre una perspectiva de 360° como ninguna otra en la ciudad. Aquí se encuentra igualmente la obra del célebre actor contemporáneo Tomás Saraceno, Cloud Cities Barcelona.
La instalación ocupa una superficie de 130 m3 y está compuesta de 113 espacios montón, suspendidos en los hilos de una telaraña tridimensional, formada por 5.000 nodos que conectan 6 km de cables tensados. Los visitantes pueden trepar en ella a una cima de entre 4 y 10 metros respecto al nivel del suelo, parando de vez en cuando para contemplar las vistas o, incluso, adivinar un compendio. El nuevo Mirador torre Glòries está libre todos los días con una entrada de 15 euros, más 10 para conseguir a la obra Cloud Cities, cuyo ingreso está permitido a los mayores de 12 primaveras. Están previstos varios descuentos para niños y barceloneses.
Cloud Cities Barcelona es la obra del actor Tomás Saraceno
La acogida está siendo muy positiva, de hecho, asegura de Vicente, “la familia se sorprende por una experiencia que no es la tradicional invitado a un mirador. Nuestro objetivo es crear un espacio que aporte lecturas capaces de cambiar la perspectiva del día a día de la ciudad, así como reflectar una observación de esta decenio, vinculada igualmente con las transformaciones de la Plaza de Glòries”, el inquieto circunscripción que Ildefons Cerdà imaginó como el futuro centro de Barcelona.
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